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El anuncio de que Alicia Kirchner será la primera candidata a senadora por Santa Cruz cumplió con las paradojas típicas de estos menesteres: el trascendido a los medios se produjo justo cuando la ministra de Desarrollo Social se encontraba fuera del país. De viaje por Venezuela, junto con la titular del Banco Nación, Felisa Miceli, Alicia Kirchner recorrió ayer los emprendimientos sociales del gobierno bolivariano. La había invitado el ministro de Economía Popular de Hugo Chávez, Elías Jaua. Mientras cumplía con su visita oficial, el gobernador Sergio Acevedo confirmaba su candidatura en Río Gallegos. El compañero de fórmula será el senador Nicolás Fernández, cuyo mandato vence en diciembre, que secundó a Cristina Kirchner en 1999. La hermana del Presidente dejará el cargo en forma definitiva. En el Gobierno ya está decidido que su sucesora saldrá de su equipo de colaboradoras más cercanas, todas mujeres, todas pingüinas.
Quizá para evitar la discusión que se generó en 1995 con una elección previa de Julio De Vido como diputado provincial, cuando tras ser electo el hoy ministro permaneció en el Ministerio de Economía, Alicia Kirchner decidió alejar cualquier discusión de ese tipo. En el Gobierno aseguran que su futuro será, indefectiblemente, la banca de senadora por Santa Cruz. Eso significa que no renunciará después de los comicios para volver a su despacho en el edificio de Belgrano y 9 de Julio. En ese lugar la reemplazará una funcionaria de su estrechísima confianza, que saldrá de un grupo reducido que integran Marcela Vessvessian, secretaria de Gestión y Articulación; Raquel Tiramonti, jefa de Gabinete del ministerio; y Mariana Sosa, una de las cuatro asesoras de la ministra. No son mucho más los nombres en danza.
Otro candidato –muchos pensarían que “el sucesor natural”– a reemplazarla es el secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, Daniel Arroyo. Especialista en temas sociales de Flacso, Arroyo fue uno de los arquitectos de los planes que se están ejecutando en la cartera. Un ejemplo es el Manos a la Obra. Si por él fuera, estaría dispuesto a asumir ya como ministro. En la Rosada le reconocen su capacidad profesional, pero no se muestran tan seguros de que exprese el rumbo político que quieren para el ministerio. “Es muy técnico”, aseguró anoche a Página/12 un funcionario de primer nivel que tiene despacho en la Rosada. La idea del Gobierno es que tras el alejamiento de Alicia Kirchner se mantenga el mismo perfil “kirchnerista, bien pingüino”, según palabras textuales del funcionario citado.
Anoche, con la hermana del Presidente en Venezuela, el gobernador Acevedo anunció que la ministra será candidata. El acto se realizó en la sede provincial del PJ, en ocasión del aniversario de la muerte de Perón. Allí, Acevedo también contó quiénes serán los integrantes de lista de diputados nacionales: el primer puesto quedó en manos del ex intendente de Caleta Olivia, José Córdoba, y lo secundarán Graciela Gutiérrez y Juan Bontempo, bautizado como Juancito Caminador y de reciente llegada a la Rosada para cumplir funciones de operador político.
La incorporación de Bontempo demostró lo mismo que la designación de Alicia Kirchner como primera candidata: que el Presidente atravesaba serios problemas para vencer al radicalismo en su provincia natal. Todo indica que el candidato a senador de la UCR será el actual diputado Alfredo Martínez, conocido como Freddy en la provincia del sur. En 1995, la hermana del Presidente perdió la intendencia de Río Gallegos a manos de Martínez, con quien deberá enfrentarse en esta elección. Las encuestas, esta vez, anticipan un resultado favorable a la ministra. Sin embargo, los radicales confían en lograr una victoria.
Una de las pocas doctoradas en Trabajo Social del país, la ministra se resistía a ser candidata y a dejar su cargo. Desde ese lugar logró equiparar (sus allegados, discretamente, dicen que lo superó) el recuerdo de Chiche Duhalde. Según las encuestas, Alicia Kirchner es uno de los funcionarios más conocidos y con mejor imagen del Gobierno. Algunos se lo atribuyen a su apellido, pero en su entorno también enumeran otros logros: dicen que –sin apariciones rutilantes en los medios– la gestión del ministerio ha llegado en forma directa a lugares muy necesitados. Aunque su política también tiene críticos.