EL PAíS › MURIO AYER GUILLERMO PATRICIO KELLY
El desaforado de la política
De la Alianza Libertadora Nacionalista a sus denuncias y peleas, Kelly fue acusado de trabajar para los servicios de inteligencia.
Por Luis Bruschtein
Guillermo Patricio Kelly, el hombre más polémico, ditirámbico, denunciador y desaforado de la política argentina de la segunda mitad del siglo pasado, falleció ayer en el Hospital Alemán víctima de un cáncer terminal. Peleador agresivo, políticamente impredecible, fue acusado de haber trabajado para cuanto servicio de inteligencia anduviera por estos dominios, desde la CIA, hasta el Mossad israelí y se llevó a la tumba el secreto de qué protagonista pesado de la historia pudo haber capitalizado una trayectoria política tan incontinente.
Nieto de irlandeses, contó alguna vez que se había incorporado a la política después del “17 de octubre de 1945, cuando era empresario” y escuchó en la calle el grito de “Patria sí, colonia no”. Se afilió a la Alianza Libertadora Nacionalista, una agrupación filonazi que apoyaba al peronismo, y en 1953 consiguió destronar a su jefe Ramón Queraltó. Tras el golpe del ’55 fue preso y se escapó de la cárcel de Río Gallegos junto con el que luego sería presidente de la República, Héctor Cámpora, y con el jefe de la Resistencia Peronista, John William Cooke.
Volvió a escapar de otra cárcel de Chile disfrazado de mujer y en los años ’60 editó el periódico Marchar. Para esos años abjuró de su pasado antisemita y llegó a decir que nunca lo había sido. Desde la derecha nacionalista, viajó a Israel y se convirtió en un crítico del antisemitismo, y hasta se reunió con el cazador de nazis Simon Wiesenthal lo que hizo que muchos lo acusaran de servir a la inteligencia israelí.
Distintas generaciones de argentinos lo fueron conociendo a partir de sus actos más estrepitosos. Primero en la Alianza, después por su fuga de la cárcel o en 1968, cuando interrumpió el homenaje que se realizaba en el cementerio de la Recoleta al cumplirse un año de la muerte del general Aramburu por los Montoneros.
En 1983 fue secuestrado por el grupo de Aníbal Gordon. Kelly reapareció y denunció a la banda que trabajaba para la SIDE y había regenteado el campo clandestino de Orletti, por lo que Gordon, su hijo y varios de los miembros de la organización fueron presos. El origen de Gordon era similar al de Kelly en el nacionalismo de derecha, después se habían convertido en delincuentes comunes y finalmente habían sido conchabados por la SIDE, una trayectoria bastante común en aquellas épocas.
El retorno a la democracia encontró a Kelly inmerso en los tironeos de los sectores nacionalistas de derecha promilitares, carapintadas y los pasos titubeantes hacia el fortalecimiento institucional. Sin pertenecer a ninguna agrupación política, Kelly se dedicó a pelearse a diestra y siniestra, denuncias contra la izquierda y contra la derecha, saludó la llegada de Carlos Menem a la presidencia y casi se fue a las manos con Adolfo Vázquez, el abogado de la ex mujer de Menem, Zulema Yoma, en la tevé. El hombre también era abogado de Mohamed Seineldin.
Menem le dio un programa en ATC, donde Kelly enfocaba sus denuncias tajantes a veces con parte de verdad y parte de lucubraciones conspirativas y a veces sólo fruto de sus propias obsesiones. Cosechó todo tipo de juicios y causas. Odiaba a Jacobo Timerman y a Página/12 y este diario fue más de una vez el blanco de sus diatribas más furiosas, pese a lo cual le cedió espacio para que ejerciera derecho a réplica. Al regreso de un viaje a Washington anunció que se había afiliado a la anticomunista Fundación Nacional Cubano Americana que encabezaba Jorge Más Canosa, un cubano de la CIA, y hasta hace dos años mantuvo un programa de radio aunque ya sin la repercusión que había tenido en años anteriores. Pero Kelly no era un marciano, como personaje extremoso llevaba hasta la exageración muchas de las características con las que se hace política en Argentina.