ESPECTáCULOS
“Pareciera que los humoristas son los que más en serio están hablando”
A partir de hoy, Norma Morandini retorna con “Paradojas”, que sale por la señal CVN. Su primer invitado es el cómico Antonio Gasalla.
Por Emanuel Respighi
Norma Morandini ha construido, casi instintivamente, un peculiar mecanismo para analizar la realidad. Lejos de una posible mirada lineal sobre los acontecimientos, la periodista cordobesa se hace fuerte cuando intenta explicar una parte de lo que pasa relacionando el presente con la historia, contextualizando. Por eso no es de extrañar que acuda a las paradojas, más como un recurso literario que por una confianza ciega en los esquemas. “Es que la paradoja contiene dos verdades paralelas, que obligan a realizar un pensamiento más profundo”, señala Morandini a Página/12. “Porque se trata de un procedimiento que no tiene solución: la clave está en el enunciado. Al enunciarla, uno define el problema. En este sentido, la paradoja funciona como un juego para ver la realidad, pero no para eludirla sino para evocarla de un modo más lúdico. Es una herramienta interesante para analizar la realidad. Sobre todo la de la Argentina, un país por demás paradojal.”
Casi dos años después de la finalización de “Paradojas” en Canal 7, Morandini vuelve a la televisión para comenzar una nueva etapa de aquel programa. En este caso, “Paradojas” saldrá al aire todos los jueves a las 19, por Cablevisión Noticias (CVN), con la producción general a cargo de Luciano Olivera. El nuevo período comenzará esta tarde con la presencia del actor Antonio Gasalla, en una charla cuyo eje central será la crisis argentina. “Quería empezar con una paradoja de este tiempo –cuenta Morandini–, que es que ahora los humoristas tienen que hacer de políticos para defenderse. El caso emblemático es el de Nito Artaza, que hizo su carrera criticando a los políticos y hoy, paradójicamente, tiene que hacer de político para reclamar lo que es de su propiedad. Pareciera que los humoristas son los que más seriamente están hablando.”
–¿Por qué decidió volver a hacer “Paradojas”?
–Porque creo que la televisión también puede ser un vehículo para comunicar ideas y el programa había tenido muy buenas críticas en su momento. La paradoja es una interesante forma de mirar la realidad, que a su vez contiene infinidad de paradojas. ¿Cómo puede ser que en el país que en algún momento fue considerado el granero del mundo hoy haya hambre? Pero la paradoja mayor es que en un país en permanente estado de asamblea, que está construyendo una democracia desde las plazas, no tenga un debate serio sobre lo social en televisión, el medio que a más personas llega.
–Sin embargo, existen en la televisión argentina muchos ciclos periodísticos.
–En la televisión actual hay mucha denuncia, pero poco debate. Con “Paradojas” intentaré alejarme de la coyuntura y debatir ideas. Por ejemplo, no es posible que para debatir el tema de la seguridad ciudadana los interlocutores sean familiares directos de las víctimas, porque es obvio que van a pedir la pena de muerte. El periodismo no debe ser un espectáculo. Falta un profundo debate sobre los valores que la sociedad quiere tener. Los argentinos hemos descubierto que vivimos en una republiqueta, donde cada día se denuncian mafias pero que, sin embargo, ciertos periodistas analizan las elecciones como si viviéramos en Suiza. Nos dimos cuenta de que no somos lo que creíamos ser: estamos más cerca de ser una republiqueta que una república.
–¿En qué se diferencia esta etapa de “Paradojas” del paso por el canal estatal?
–En que el eje del ciclo será la entrevista a un personaje. La idea es que, a partir de descubrir las paradojas de cada entrevistado, podamos analizar juntos la realidad nacional. El entrevistado funciona como un pretexto para analizar problemas más amplios. Yo padecí el prejuicio de que los intelectuales no pueden ir a la TV porque no son divertidos y no interesan. Pero gracias a que fracasó el período en el que todo tenía que ser divertido, puedo volver a insistir con un programa en el que se debatan ideas. Porque, más allá de todo lo que padecemos, en la actualidadexiste un respeto por la pluralidad. Y los periodistas debemos garantizar el derecho a decir de todas las partes.