ESPECTáCULOS › UNA SUCESION DE TESTS POSITIVOS Y ADICCIONES
Todos quieren algo para consumir
Los habitantes de Springfield tienen una pasión oculta por las drogas, en la ficción de “LS”. El alcalde Quimby tiene en su armario una planta de marihuana que riega a escondidas. Otto, el conductor de autobús, huele permanentemente a hierba. En un episodio, la policía de Springfield realiza una redada contra un ciego que consume marihuana medicinal y todos los policías terminan en una fiesta, con música de Bob Marley de fondo. Homero ha probado en su larga vida todo tipo de estupefacientes, además de cerveza Duff y televisión. También se aficionó a lamer sapos alucinógenos, y en la Fiesta Nacional del Chile degusta unos explosivos chiles picantes de manicomio guatemalteco, y es transportado a un paisaje psicodélico donde inicia un viaje chamánico. Marge no se queda atrás en conductas adictivas. Ha dado tests positivos de crack y PCP, ha sido arrestada por alcoholismo y es adicta al juego. Krusty se declara dos veces adicto al Percodan. El señor Burns está encantado con sus pastillas contra el dolor y en otro episodio se declara adicto a la morfina. El abuelo Simpson vende las pastillas que debe tomarse a adictos necesitados. Barney, el borracho del pueblo, se bebe en un episodio el contenido de dardos tranquilizadores para animales. Los doctores inhalan sus propios anestésicos. El dentista comparte el ácido nitroso con toda la familia Simpson y acaban todos el episodio con una risa cuanto menos sospechosa.