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Por Marcelo Birmajer *

Me alegra participar del segundo encuentro organizado por la Secretaria de Cultura de la AMIA para recrear la cultura judeoargentina. El anterior fue muy satisfactorio y emocionante. En lo personal, escuché la ponencia del profesor estadounidense Darrel Lockhart sobre uno de los cuentos de mis Nuevas historias de hombres casados, “En la noche de bodas”, y me sorprendió y halagó. Luego se publicó en un libro poderoso que recoge todas las ponencias de ese primer encuentro. Daniel Burman presentó su documental sobre el barrio de Once, que se cerraba con un poema que escribí sobre mis calles, y apenas menos de un año después escribimos juntos el guión de El abrazo partido, un largometraje que ganó el premio al guión inédito en el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, y que Burman está filmando o acaba de terminar de filmar, con alguna escena en la puerta de la casa de mi madre. De modo que aquel primer encuentro fue fructífero, y supongo que este segundo, como todo lo que continúa, lo será mucho más. Argentina, con o sin crisis, ha sido siempre una potencia cultural, en ese aspecto sí podemos considerar una potencia a nuestro país; y sumarle a eso los miles de años de cultura judía es un privilegio del que no me quiero sustraer. El atentado terrorista ha cambiado la geografía del barrio, pero el bullicio de los debates culturales y sociopolíticos permanece alegremente estridente dentro del edifico de AMIA, durante estos congresos, como en las ponencias de Laura Kitzis y Enrique Herszcowitz, que ya levantaron polvareda en la edición pasada y reinciden en ésta. Por lo demás, yo no discuto: apenas si suelto mis brulotes como si tuviera razón, y me quedo escuchando a los demás como si también la tuvieran. También llegaré como todos los años caminando por Tucumán y doblaré en Pasteur, la verdad es que no sé hacer muchas otras cosas.
* Escritor.