ESPECTáCULOS
Ceremonias íntimas
–¿Cómo fue publicar su primer libro, y cómo fue publicar este último?
–Es una lástima, pero estaba tanto más feliz cuando publiqué el primero. Era increíble: yo lo había querido durante años y años, había trabajado para eso... Fue un buen momento: fui a la imprenta cuando estaban saliendo los primeros ejemplares. Ahora, en cambio, es una situación rara cada vez que sale un libro, porque me digo, “carajo...” Recibo el libro y lo miro... y siempre hay algo que me gusta un poco menos de lo que querría. Y después me digo: “Puta, tendrías que hacer algo, pibe, porque éste es un día muy particular, finalmente estuviste laburando un año, dos, o tres... Y es algo que habiéndote pasado ya varias veces, no te ha pasado más que veinte veces en tu vida”. Hay pocas cosas que a uno le sucedan veinte veces en la vida. Entonces me digo que tendría que hacer algo especial: y no me convenzo. Lo que hago es una pequeña ceremonia íntima en la que me dedico el libro. Tengo la impresión de que así me estoy contando mi vida por capítulos, porque en cada dedicatoria hago alguna referencia a algo que me está pasando en ese momento, y que allí quizá, cuando sea viejo, encontraré en esas dedicatorias alguna historia de mí mismo.