ESPECTáCULOS › VUELVE EL LEGENDARIO CAPITAN DE LA REMERA RAYADA
De Shakespeare a Piluso
”Como actor toqué todas las teclas, lo único que me faltaba era hacer algo para chicos. Con Piluso estoy muy contento y a la gente le gustó”, se entusiasma Belloso cuando cuenta de su último emprendimiento actoral. Junto con el actor Hernán Jiménez, que interpretó a Coquito, y dirigido por Federman, hizo un micro de tres minutos diarios en el programa “¡Qué espectáculo!”, que pasó sin pena ni gloria por las tardes de Canal 13. Pero el personaje tuvo buena repercusión y ahora Belloso intenta ir por más. La razón es sencilla: “Me hace feliz el Capitán Piluso”, apunta. La idea es hacer un programa diario, y las tratativas con los canales están a la orden del día para reponer al legendario Capitán.
–¿Cómo nació el proyecto?
–Yo conozco a Cristian, el hijo de Humberto Ortiz (el “Coquito” original) y charla que te charla me entero que él tiene los derechos de “Piluso y Coquito” y que quería hacer una ficción con los personajes. Esto fue hace cuatro años y a mí me daba vuelta la idea. Yo quiero ser el Capitán Piluso, pensaba. El año pasado lo conocí a Hernán (Jiménez) que también trabajó en La tempestad, y pensé en él para Coquito, pero no le dije nada. Me lo vuelvo a encontrar a Cristian y en un momento le digo: “Quiero hacer el Capitán Piluso”. Me salió así, del alma, y al recibir una respuesta positiva empezamos a activar. Lo llamo a Hernán y a Enrique Federman para que coordine las viejas rutinas de circo que tenían ellos, con la idea de hacer un programa de televisión con tribuna, chicos, con todo. Los guiones los construimos entre los cuatro.
Hernán Jiménez: –Basados en los originales del sesenta que tiene Cristian. Un montón de hojas amarillas escritas a máquina.
–¿Es necesario aggiornar los personajes?
Carlos Belloso: –No, porque es una relación de amigos y más que nada son chicos en cuerpos de grandes.
H.J.: –El tema es el juego entre los chicos. Es un humor sano, ingenuo, pavo. El chiste te causa gracia porque decís ¡qué boludo!, no porque te cagues de risa de algo ocurrente.
C.B.: –Es así, es el reírse por reírse, y está todo bien.
–¿Tienen la idea de un programa propio?
H.J.: –Tenemos muchas ganas de crecer con esto, estamos en tratativas para que pueda tomar su propio vuelo. Primero queríamos ver qué pasaba y la verdad es que tuvimos buenos comentarios y todos entendieron que está hecho con respeto.
C.B.: –No hay nada concreto pero hay un mundo por delante: radio, tele, teatro, hay tantas cosas para hacer...
–¿Por qué hacer esto y no algo nuevo?
C.B.: –Esto es nuevo.
H.J.: –La generación de treinta años para abajo no los vio nunca, casi no quedan programas originales.
–¿Y por qué tendrían que verlo?
C.B.: –Porque es bárbaro este humor, no existe en la Argentina, es casi como una reconstrucción arqueológica. ¿Por qué se tendría que hacer, preguntás? ¿Y por qué no?
H.J.: –Porque tenemos ganas. ¿Por qué privarnos a nosotros de hacerlo? Es volver a las fuentes. Es un producto nuestro.
C.B.: –Consuma productos argentinos.
–Compre nacional...
C.B.: –Claro, hasta la vestimenta de los personajes es diferente a los personajes de afuera.
H.J.: –Una gomera, la cartuchera. Los pibes ni saben lo que son esas cosas.
C.B.: –Y yo las uso a mi manera, tengo una locura diferente de la de Olmedo y va a ser siempre distinto lo que yo haga. Piluso es un personaje y yo lo hago como me sale.
–Como hizo Calibán, que lo hicieron cien actores distintos antes que usted...
C.B.: –Claro.
H.J.: –Por supuesto, cada personaje depende del actor que lo construye, pero no deja de ser el mismo personaje. Para mi viejo Tarzán era Johnny Weissmuller y para mí es Ron Ely. Pero siempre es Tarzán.