ESPECTáCULOS
El karma del vivo
“Cualquiera que esté familiarizado con mi trabajo y con los comentarios que hice durante el curso de mi carrera, sabrá que siempre tuve antipatía con los shows en estadios de fútbol. Esos lugares son perfectos para el deporte, campañas políticas y reuniones al estilo Billy Graham... Quiero decir, ellos piden por Dios y por el fútbol, pero no creo que su escala sea apropiada para el rock, que siempre funcionó lo mejor posible en circunstancias que permitieran un importante grado de intimidad y contacto. Hay algo muy especial en tocar delante de 90.000 personas, lo que conlleva a exhibir lo peor de cada uno. En los artistas, no sirve para otra cosa que para estimular y exagerar la puerilidad y esa parte de nuestra personalidad que busca permanentemente llamar la atención, que tiene mucho que ver con el poder y el estatus. El público, por su parte, queda de lado por la escala del evento, y la última cosa adecuadamente celebrada es la música. La conexión se pierde. La gira In the flesh resultó, sin embargo, naturalmente fiel a mis exigencias. Me encontré cada vez más relacionado con el público, de una manera que nunca había experimentado antes. Esto no fue algo que haya planeado deliberadamente, sino que simplemente comenzó a pasar.”
Extracto de los comentarios de Waters, publicados en el librillo que acompaña el CD doble en vivo “In the flesh”, editado el año pasado en Argentina.