Por fin, después de mucho sudar y juntar el dinero que siempre escasea, la Asociación de teatristas independientes para niños y adolescentes (Atina) organizó el primer Festival Nacional e Internacional del rubro (del 4 al 9 de noviembre), con epicentro en la UPB y la participación de varias salas, entre ellas La Galera (con una programación ciento por ciento infantil), el espacio Aguirre y el Teatro De la Comedia. Desde Córdoba llegaron los títeres y actores de Muertes mínimas, del grupo La Chacarita Teatro; el grupo 5 Sesiones ofreció El blues de los dinosaurios tristes y los neuquinos de Atacados por el Arte presentaron Podés silbar, una versión libre de un cuento de Ulf Stark. La prestigiosa dramaturga y directora de teatro infantil Perla Szuchmacher trajo desde México una obra que aborda la temática de la adopción: Malas palabras, escrita y dirigida por la propia Szuchmacher. Y los títeres españoles del grupo El Retablo montaron Animales, con autoría y dirección de Pablo Vergne. Las localidades para todos los espectáculos se agotaron y Carlos De Urquiza, presidente de Atina, y María Inés Falconi ostentaban, cansados pero felices, sus ojeras.