ESPECTáCULOS
Cuatro opiniones sobre un autor que genera consenso
- Rodolfo Fogwill, escritor y poeta: “Potlatch no solamente es un poemario sino también una novela o un ensayo sobre el dinero. Habría que tomarse el trabajo de subrayar en qué páginas hay una elaborada y aguda teoría sobre el dinero y cómo afecta a las comunicaciones interpersonales. Para viejitos como yo, además, es conmovedor porque nos remueve el recuerdo de nuestras infancias, en las que vivimos esa especie de época dorada del ahorro y el chanchito. Es un gran libro, que forma una novela con El vespertillo de las parcas, que tiene mucho que ver con Arturo Carrera, el poeta de, lo que para mí es su mejor libro de versos, Animaciones suspendidas, que pocos recuerdan. Es curioso que al público le causara gracia escuchar la palabra sorete, cuando Carrera estaba contando la tragedia inexorable de una familia”.
- Graciela Speranza, escritora, crítica y docente universitaria: “Potlatch es un inspirado derroche de recuerdos de infancia. Que en la Argentina de hoy, su Magdalena de Marcel Proust sea el dinero habla de la sutileza de la poesía de Arturo Carrera. Junto con El tilo de César Aira, un libro ‘hermano’ en más de un sentido, recupera a su modo la libertad y la gracia que Manuel Puig trajo a la literatura argentina”.
- Fernanda Laguna, poeta: “Leo los poemas de Arturo Carrera con música de fondo de Los Mirlos del Perú: ‘Bailar de lejos no es bailar’. Leo por momentos sin entender lo que significan las letras que pasan delante de mis ojos, pero me conecto con un ambiente de patio familiar y escucho las preguntas de un niño que se cuestiona cosas grandes”.
- Anahí Mallol, poeta y traductora: “Arturo tiene una poética muy particular. En Potlatch queda claro que lo relacionado con la vida íntima es llevado por el poeta al plano de lo político, para demostrar cómo las relaciones familiares están tramadas con la historia política y económica del país. En estos poemas, las anécdotas circulan como circulan los billetes y las monedas: así como existen copias y falsificaciones de monedas truchas que usamos cotidianamente, también las anécdotas forman una multiplicidad de voces, pero ninguna es la Verdad. La subjetividad de ese niño, tironeado por su abuela peronista y antiperonista en una de las poesías más autobiográficas, Casa Nervi, se forma con el eco de esas voces. Como sucede con el dinero, no hay un sentido único ni valedero para todo”.