ESPECTáCULOS
Razones para una puesta
“Es fastidioso comparar las ventajas y desventajas del trabajo artístico en la Argentina y en países como Francia”, señala Arias. “Uno sabe que acá va a encontrar problemas. El tema es si esos problemas lo enriquecen o no. A mí, internamente, me sirve cada segundo que pasa. Descubro mil cosas con las que me identifico y pienso que en el futuro hallaré más. En el trabajo cotidiano, veo que la gente se dispersa fácilmente, aun aquella que demuestra talento y se entrega con pasión a lo que hace. Todo el mundo parece estar disparando hacia distintos lados; ocuparse de cuatro o cinco cosas al mismo tiempo. Sé que es necesario sobrevivir. Nosotros, con el elenco, hemos luchado contra esta realidad y hemos logrado un grupo con una concentración suficiente. El esfuerzo vale la pena. No me gusta venir para ‘contemplar’. Es interesante traer espectáculos, pero más todavía es crearlos, como hacemos acá en el CETC e hicimos en el Colón y en La Trastienda. Tuvimos dificultades pero, creo, llegamos a buen puerto. Sin tomar en cuenta la cifra de los contratos, la puesta de Kavafis... se logró con un presupuesto de 3500 pesos. Está todo hecho con papel, con materiales muy humildes. Eso es fabuloso cuando queremos trabajar con lo esencial, y una condena cuando no se puede hacer más que eso. Yo aprendo y pongo en tela de juicio las distintas maneras de hacer una mise-en-scène. Utilizar infinidad de decorados puede ser manierista. Esto, en cambio, es borrón y cuenta nueva, y ver qué me pasa. El precio es alto, porque uno se expone, pero yo necesito siempre una base de combate para poder estar vivo.”