EL PAíS › LANZAMIENTO DE LA MINISTRA DE DESARROLLO SOCIAL
Alicia, jugada entre los pesos pesado
La hermana del Presidente encabezó un acto de mujeres kirchneristas. Las barras se ocuparon de apuntar contra Chiche Duhalde.
Por Diego Schurman
Se mostró decidida, a pesar de que nunca fue partidaria de los discursos grandilocuentes. Pero Alicia Kirchner quería presentarse en sociedad con un cariz más político, lejos de aquel perfil técnico con el que ya había acostumbrado a todos. La excusa de la ministra de Desarrollo Social fue la defensa de la gestión de su hermano, el presidente Néstor Kirchner. Pero el trasfondo fue otro y estuvo latente durante toda la noche, hasta que los concurrentes lo blanquearon a grito pelado. “Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Chiche que lo mira por TV”.
No era para menos. Alicia salió a evocar a la militancia y a Eva Perón con un estudiado sentido de oportunidad: apenas un día después del décimo aniversario de las manzaneras, que le devolvió un inusual protagonismo a Chiche Duhalde.
La mujer del ex presidente fue noticia durante el fin de semana por varias razones, entre ellas, como consignó Página/12, por el deseo del duhaldismo de transformarla en cabeza de la lista de senadores de la provincia de Buenos Aires. El dato inquietó a la Casa Rosada, que aún no descarta para ese lugar a Cristina Fernández de Kirchner.
“Vamos a trabajar por la consolidación de una organización que fortalezca el proyecto de Néstor Carlos Kirchner”, atizó Alicia al arrancar su arenga, en la que fueron recurrentes palabras como “mística”, “entrega”, “equidad” y “convicción”.
En el entrepiso del Hotel Panamericano hubo aroma a campaña. Y alusiones que todas las militantes del Primer Encuentro de Mujeres Kirchneristas descifraron con avidez. No por nada cuando Alicia habló de “prebendas” y “clientelismo” se despertaron cánticos contra Chiche. Y ni hablar de los aplausos cuando llamó a ponerse en el zapato de otro en el conurbano bonaerense, territorio duhaldista por excelencia.
La ministra, en el reparto de alusiones tácitas, tampoco se olvidó del menemismo. Fue al marcar un parangón entre el kirchnerismo y la militancia de “la Ferrari y los campos de golf”. En ese sentido le dio sentido épico al documento que abrió el acto al plantear la necesidad de una “cruzada” para fortalecer las políticas de inclusión a través de la justicia social.
Entre los que no dudaron en posicionar a Alicia como la “referente social” –en implícito descrédito de Chiche para ese papel– fueron hombres con despacho en la Casa Rosada, como Carlos Kunkel. A los desmemoriados: fue el subsecretario general de la Presidencia el principal fogonero de la candidatura de Cristina Kirchner.
Si Kunkel, y también Dante Dovena –representante oficial en Papel Prensa– eran allí los principales promotores del kirchnerismo bonaerense, el asesor presidencial José “Pepe” Salvini lucía como un excelente complemento a raíz de su papel de armador del peronismo federal. Por el abigarrado salón también se vio a Francisco Larcher, uno de los coordinadores de la campaña presidencial. Se trata del número 2 de la Side, quien colabora con el Gobierno en la búsqueda de masa crítica en la provincia de Buenos Aires.
Si el acto que le armaron a Alicia es un botón de muestra de ese trabajo, Kirchner no tendrá de qué quejarse: debieron habilitar un salón contiguo para que señoras y señoritas pudieran escuchar por un parlante lo que el auditorio desbordante no permitía. “Superamos las previsiones, aquí hay más de 2 mil personas”, se entusiasmó la organizadora Nélida Aceval, con cargo en Desarrollo Social pero con entusiasmo militante.
El acto se iba a realizar en un escenario provisto por el dirigente porteño Víctor Santa María, un día después de aquel congreso piquetero de Parque Norte. Pero en aquella oportunidad Alicia se lesionó la mano y esperaron un contexto político apropiado como el de ayer para realizarlo. No hubo otros ministros. Nadie quería quitarle protagonismo a Alicia. Pero el Presidente estuvo representado de mil formas. Incluso a través de su médico personal, Luis Buonomo, y del dirigente porteño Héctor Capaccioli, quien responde políticamente al jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Si las “manzaneras” no dudaron en llevar su gente para vivar a Chiche en la localidad de Florencio Varela, Alicia reunió en su acto a mujeres de Barrios de Pie, la agrupación del piquetero-funcionario Jorge Ceballos; de la Federación de Tierra y Vivienda, de Luis D’Elía; del Movimiento Nacional y Transversal, del sindicalista de la CTA Edgardo Depetri, y de la Corriente Nacional y Popular, de Ricardo “Pacha” Velazco, entre otros.
De esa platea, desbordada de calor y entusiasmo, le agregaron a Alicia dos condiciones necesarias para que la cruzada por la inclusión tenga éxito: “tener ovarios y realizarla en paz”. La ministra rápidamente las hizo propias.