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Nacido hace 44 años en Grenoble, al pie de los Alpes, Thierry Frémaux no sólo es el máximo responsable de la selección del Festival de Cannes. Sin incompatibilidades a la vista, también es presidente del Institut Lumière de Lyon, una de las cinematecas más reconocidas de Europa, a la que llegó de la mano de su amigo Bertrand Tavernier (otro habitante ilustre de Lyon) y de la cual ni siquiera las luces de Cannes han logrado apartar. “Me gusta guardar un pie en Lyon, donde tenemos también muchos alumnos de cine, proyecciones diarias (donde puedo darme el gusto de programar aquellos films que no llegaron a integrar la selección de Cannes) y la calle llamada Rue du premier film, que es donde Louis Lumière puso la cámara para filmar a los obreros saliendo de la fábrica”, cuenta entusiasmado. Para sorpresa de muchos, Frémaux se expresa en un fluido castellano, con un acento casi porteño. Su padre, un ingeniero especializado en energía eléctrica, trabajó en la Fundación Bariloche y Frémaux guarda una relación personal con el país. Esta es su segunda visita oficial a la Argentina como director artístico de Cannes, después de su debut en el 2001.