ESPECTáCULOS › LOS TANGUEROS CONTESTAN LA PREGUNTA: ¿QUE FESTEJAMOS?
“Hay muchos años de tango por delante”
Por K. M.
¿Festejo? ¿Qué festejo?
Todo aniversario pautado obliga al festejo alrededor de un tema, moviliza recursos y marca hitos en el almanaque donde antes había un día más. La excusa oficial para el Día Nacional del Tango es el nacimiento de Carlos Gardel. Pero, ¿por qué festejar el Día del Tango hoy? O, en otras palabras, ¿qué es lo que hay que festejar? El hecho comprobable de que las nuevas generaciones hayan tomado como propio a un género, que después de Piazzolla parecía encerrado a un camino sin salida, parece un buen motivo para comenzar. Página/12 reunió a distintos tangueros alrededor de la pregunta: ¿por qué festejamos?
- Néstor Marconi (bandoneonista): “Hay mil cosas para festejar. La primera es la continuidad y el futuro que tiene esta música, las nuevas propuestas que se escuchan, la gente joven que se suma, que cada vez es más. Eso amplía el futuro. Creo que eso es lo mejor que podemos festejar: los muchos años de tango que nos quedan en adelante. Algunos experimentan cosas nuevas, otros reponen tangos clásicos, aunque de manera muy distinta a la de antes, agregando ideas e influencias. Hay muchos nuevos caminos para recorrer, y no hay que tenerles miedo. No hay nada malo cuando se suma: puede que a mí no me gusten ciertos rockeros que cantan tango, por ejemplo, pero no puedo negar que lo que hacen suma. Hace poco compartí un show con gente como Gustavo Cordera o Claudia Puyó cantando tango, la otra noche escuché a Fito Páez haciéndole un homenaje a Goyeneche. Muchos se preguntarán: ¿por qué Fito Páez canta al Polaco? Yo les respondo: ¿Y por qué no? Es su reconocimiento a Goyeneche y al tango. Festejémoslo”.
- Horacio Ferrer (poeta y presidente de la Academia Nacional del Tango): “Hay muchos y buenos motivos para festejar hoy el Día del Tango. La consolidación de la admiración del mundo entero por este género. El advenimiento de las nuevas generaciones de bailarines, de músicos, de poetas y de cantantes. Y, en lo personal, junto a todos los Académicos de la Academia Nacional del Tango, sentimos necesario festejar el innovador apoyo del Gobierno de la Ciudad a esta Academia. Para el año que viene pensamos tener un liceo, un conservatorio y un colegio de compositores y poetas para todo el que quiera aprender los temas teóricos del tango y para todos los que tengan inspiración y condiciones para escribirlo. No son pocos los motivos para festejar.”
- Carlos Galván (bandoneonista): “En general, el tango está pasando un momento brillante, no sólo en nuestro país sino en el mundo, y ése ya es un buen motivo para el festejo. Me entusiasma que se proponga festejarlo con shows y con tan variados artistas, que se reúna a los de mi generación con tantos chicos nuevos que tocan tan bien y que todas las expresiones sean valoradas, que sea la fiesta de nuestro tango. El año que viene me gustaría festejar cosas que hoy no puedo. Un programa de televisión que difunda el género, por ejemplo. Parece mentira que en la Argentina no veamos programas que sí se ven en otras partes del mundo. Es cierto que hay algunas cosas por cable, pero existiendo un canal público como el 7 tendríamos que poder verlo todos. Y otra cosa que me gustaría festejar, y es casi un sueño: que el área de Cultura vuelva a llevar el tango a los clubes de barrio. Y que la gente pueda ir a bailarlo al club, como antes”.
- Ignacio Varchausky (contrabajista de El Arranque): “Lo mejor que pasa hoy en el género tiene que ver con la enorme cantidad de nuevos intérpretes. Eso es lo que tenemos que celebrar. Una música que no tiene quien la toque se muere. El compositor define el camino a través de su inspiración y su técnica. Hoy, cuando el tango genera interés, debemos prestar atención a nuestros creadores contemporáneos, cuidarlos, estimularlos, exigirlos... interpretarlos. No hay evolución sin nueva obra. Para lograrlo hay que conocer profundamente el lenguaje del género y sus etapas históricas, no se trata de romper nada ni de negar la tradición... ¡Todo lo contrario! Si nos dedicáramos a recrear el pasadosin saber cómo ni por qué, condenaríamos al tango a un espíritu evocativo y dócil, transformándolo en una pieza de museo. Es también el momento de preguntarse algunas cosas y ejercer una necesaria autocrítica del género. Y, entonces, sí, sentirnos con motivos para festejar.”