Miércoles, 20 de mayo de 2009 | Hoy
LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACIóN
Un reciente estudio del Comfer ratifica que el centralismo porteño también se expresa a través de las pantallas de la televisión. Así lo expone Gustavo Bulla a partir de los datos de un “Informe de contenidos de la televisión abierta argentina”.
Por Gustavo Bulla *
Hace más de tres décadas Heriberto Muraro constataba que pese a las precauciones de la autodenominada “Revolución Libertadora” al prohibir el funcionamiento de cadenas televisivas en su decreto-ley 15.460/57, casi el 80% de los contenidos que circulaban por la televisión de todo el país se correspondían con las latas enviadas por los cuatro canales de la Ciudad de Buenos Aires. Además se destacaba en aquella investigación que el 50 por ciento de la facturación publicitaria también les correspondía a esos mismos canales. De esta manera, el federalismo televisivo estaba muerto a poco de nacer el nuevo medio a través del mecanismo de la triangulación entre la productora de programas, el canal de cabecera y el canal del interior, como lo desentrañara Margarita Graziano, también por aquellos años.
Desde la Dirección Nacional de Supervisión y Evaluación del Comfer hemos producido recientemente un “Informe de Contenidos de la TV Abierta Argentina” en el cual se tienen en cuenta criterios como origen de la producción, tipos de programas y la estructura de propiedad. En el mes de septiembre pasado pusimos a prueba la metodología elaborada y obtuvimos una “fotografía” sobre la programación de los 49 canales de aire de nuestro país –sin contabilizar las repetidoras– durante ese mes. Como sus resultados brindan una información que puede ser de gran utilidad para reflexionar sobre el tipo de TV que tenemos es que decidimos hacer un seguimiento continuo de carácter trimestral de las grillas de programación de todo el país.
El primero de esos informes trimestrales se corresponde con el período diciembre 2008/febrero 2009 y arroja como resultados centrales que el 70 por ciento de los contenidos de las pantallas del país provienen de los canales porteños, que fuera de esos cinco canales no se produce un solo minuto de ficción y que sólo se puede ver fútbol de manera gratuita allí donde llega por aire la señal de Canal 7. De ese mayoritario 70 por ciento de retransmisiones que se ofrecen en todo el territorio nacional es dable destacar que el 46 por ciento le corresponde a programas de Telefé y el 40 por ciento a Canal 13, repartiéndose el 14 por ciento entre los otros tres canales de aire metropolitanos.
Respecto del fútbol gratuito por TV, debe señalarse que en el interior del país sólo pueden verse los partidos que transmite los viernes el Canal 7. Por supuesto, para ello hay que residir en una ciudad donde se pueda acceder a la señal de aire del canal estatal. Ni siquiera Fútbol de Primera se puede ver gratuitamente en todo el país: al interior va por la señal paga TyC Sports.
De la comparación de la producción propia de los canales según la estructura de propiedad surge que las televisoras públicas de todo el país (del Estado nacional, provinciales y universitarios) produjeron el 38 por ciento de sus programas, mientras que las privadas tan solo el 21 por ciento. Y si nos remitimos al área metropolitana, Canal 7 produjo el 82 por ciento de sus contenidos, frente al promedio del 29 por ciento de los cuatro canales privados.
Un dato insoslayable que surge del informe es que los canales públicos destinan en promedio un 14 por ciento de sus programaciones a los contenidos educativo-culturales, mientras que los canales privados sólo le dedican el 1 por ciento de sus grillas a ese tipo de programas.
Estos indicadores de la TV de aire que tenemos cobran particular relevancia a la luz del debate que se está produciendo en todo el país en torno de la propuesta de Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Entre otras cosas, respecto del volumen de las retransmisiones se invertirá la proporción actual, ya que sólo se podrá transmitir en red privada permanente durante el 30 por ciento de la jornada de emisión. La cuota de pantalla para el cine nacional hará que los canales de aire estrenen al menos seis films nacionales por año calendario. Además habrá un piso de al menos un 60 por ciento de producción nacional, un 30 por ciento de producción propia y un 10 por ciento de producción local independiente.
Estas medidas de promoción de los contenidos federales, amén de producir una gran transformación de nuestras pantallas de aire, sin dudas contribuirán a constituir industrias culturales locales con el beneficio implícito de la generación de puestos de trabajo en las emisoras de radio y TV de todo el país, pero además ayudando a fortalecer economías regionales a través de la emergencia de nuevos mercados publicitarios.
La TV argentina no es la responsable del centralismo porteño, sus causas están cerca de cumplir sus primeros 200 años. Sin embargo los extraordinarios avances tecnológicos en materia de comunicación deberían servir para atenuar aquellas deformaciones en lugar de profundizarlas. Eso también es en parte lo que estamos debatiendo.
Licenciado en Comunicación. Docente UBA/UNLZ. Director nacional de Supervisión y Evaluación del Comfer.
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