Miércoles, 7 de enero de 2015 | Hoy
LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACIóN
Dos miradas complementarias sobre la comunicación de la ciencia. Alberto Mangione plantea que existe una consideración diferencial que desfavorece a las ciencias sociales frente a las ciencias exactas y naturales y que se traduce también en la comunicación.
Por Antonio Mangione *
En los ámbitos científicos y académicos, se plantea como hipótesis y a veces con una certeza inquietante que las ciencias sociales y humanidades tienen menos valor que las ciencias exactas y naturales. Que las ciencias mal llamadas duras gozan de un alto prestigio y mayor valoración que otras ciencias dentro de la academia. Las diferencias de aproximación de tipo metodológico o la falta de reconocimiento de estas diferencias o por caso las posturas de tipo epistemológicas en torno de la práctica científica han consolidado esta valoración diferencial.
Mientras que unas ciencias, por ejemplo las exactas y naturales, son respetables y confiables, las ciencias sociales no lo serían. Parámetros como la rigurosidad, la robustez y la repetibilidad serían propios de ciertas ciencias y no de otras. Sin embargo, se consideran trasladables de una ciencia a la otra. Existen procesos irrepetibles, pero no por eso son menos valiosos. Al mismo tiempo los abordajes pueden ser realizados con rigurosidad en distintos tipos de ciencias y con distintas metodologías.
Al análisis anterior podría sumársele el hecho de que las ciencias sociales han sufrido recortes de financiamiento y, por lo tanto, alteraciones en su desarrollo y consolidación. Por otro lado, las ciencias sociales y las humanidades ponen a la política, a la economía y a la propia ciencia bajo análisis e interpelan a estas actividades que son espacios de construcción y ejercicio de poder.
La inversión económica hecha en Argentina en las ciencias sociales y humanidades fue siempre relativamente baja. Las ciencias exactas y naturales representan el 21 por ciento de la inversión en el 2011 y las ciencias sociales, el 11 por ciento. Sin embargo, existe una tendencia hacia un incremento en la asignación de fondos a I+D antes que a ciencias sociales. La inversión subió de 2001 a 2011 en un 15 por ciento para las ciencias sociales por ejemplo y 12 por ciento para ciencias exactas y naturales. En Chile, Colombia, Uruguay y otros países de América latina la situación es similar. Es decir, las ciencias naturales y exactas doblan a las ciencias sociales. En México la inversión en I+D es hasta 7 veces mayor que en ciencias sociales. Estas son condiciones estructurales dentro de las cuales se ve afectada la valoración de las distintas disciplinas científicas.
El dato no es menor si se considera que los egresados del grado y del posgrado provienen en su mayoría de las ciencias sociales. Las condiciones estructurales arriba mencionadas podrían además estar interfiriendo con el acceso a las investigaciones y desarrollos en estas áreas con menos financiamiento. Este problema claramente ha sido visualizado por las autoridades correspondientes.
Al respecto, en el año 2003, por no ir mucho más atrás, las becas otorgadas dentro de la gran Area de las Ciencias Sociales del Conicet representaban el 70 por ciento de las que se otorgaban en la gran Area de Ciencias Biológicas y de la Salud del mismo organismo**. Esta situación se revierte y en el 2013 no había diferencias. En el mismo período, las becas para ciencias sociales se multiplicaron por 5, mientras que en ciencias biológicas y de la salud, por 4. La recomposición de este retraso en la inversión en ciencias sociales fue compensada a expensas de un decrecimiento en la inversión en las áreas de Ciencias Biológicas y de la Salud y en las Ciencias Exactas y Naturales***.
Cuando se trata de la comunicación pública de las ciencias la pregunta es: ¿ciencias sociales, dónde están?
La práctica científica exige la comunicación, en principio entre científicos, de hallazgos y procesos científicos. Por fuera del ámbito científico, en los medios se comunican hallazgos científicos, más que procesos de generación de conocimientos científicos. Los medios de comunicación cumplen un papel fundamental en, además de informar sobre las ciencias, construir sentidos en torno de las ciencias.
¿Existe una valoración diferencial de estas ciencias a la hora de ser comunicadas? ¿En qué medida las investigaciones sobre pobreza, inclusión, lenguaje, lingüística, historia comparada, economía comparada, política, análisis institucional comparado son consideradas como potenciales noticias en medios?
La heterogeneidad de abordajes, la diversidad de metodologías, el reconocimiento de las contribuciones de una u otra ciencia, la comunicación de sus generalidades y sus particularidades se convierten en un desafío, en campo de estudios, en campo de debate. Este es el campo de intervención de las ciencias sociales, de políticos, de los propios investigadores y el desafío de las y los comunicadores y periodistas que las comunican.
* Doctor en Filosofía. Universidad Nacional de San Luis.
** Conicet en Cifras http://www.conicet.gov.ar/acerca-de-conicet-en-cifras/
*** El Estado de la Ciencia 2013 http://www.ricyt.org/publicaciones
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.