PSICOLOGíA › LA SITUACION QUIRURGICA Y LA DEMANDA DEL PACIENTE
“Vengo a ligarme las trompas”
Por B. U.
Conviene tomar en cuenta qué se juega, desde cada uno de los que intervienen en la situación quirúrgica, en cuanto a la subjetividad. Por ejemplo: ¿qué es lo que puede estar en juego cuando una paciente solicita una ligadura tubaria? Desde un punto de vista defensivo, de parte del médico, debe prestar atención al marco legal que autoriza o no determinadas intervenciones irreversibles. En este sentido, también hacer consignar el consentimiento informado de la paciente.
Ahora bien, para que este acto médico sea propiamente tal, hay que escuchar la demanda de la paciente en el sentido de conocer su historia y de tomar en cuenta por qué puede estar pidiendo este acto irreversible, dado que existen otros métodos anticonceptivos que ofrecen un alto margen de seguridad.
Esto es lo que muy pocas veces se hace, del mismo modo que, en general, el consentimiento informado ha pasado a ser un trámite encarado por una secretaria que pide firmar en un determinado lugar de una hoja previamente impresa.
No menos complejas son las situaciones dilemáticas que se plantean cuando el cirujano ejecuta acciones reparadoras, mejoradoras de ciertas partes del organismo, pero la sobrevida del paciente o su calidad de vida posible es una zona gris y difusa, plena de incertidumbre en cuanto a sus posibilidades de realización personal y de inserción social.
En esta línea quiero dejar expuesto el problema del contexto social, y particularmente del insuficiente marco legal, donde se generan dilemas a partir de lo que son logros científicos espectaculares en el campo de la medicina, y de la cirugía en particular, pero que pueden quedar como meras hazañas, en tanto no se condicen con un enfoque integrador que dé verdadero sustento a dichas acciones.
Este es el riesgo, ya que el cirujano se ha convertido en un ingeniero de averías, hábil y rápido como un deportista de gran rendimiento, pero que obra de manera mecánica sobre el organismo viviente.
Otro problema no menos importante es la discordancia de criterios a nivel intrainstitucional. Sabemos que no siempre se da una adecuada relación interservicios como para asegurar una continuidad de modalidad asistencial cuando el paciente es externado de cirugía, así como también es complicada la posibilidad de continuar con un tratamiento que tenga en cuenta la subjetividad del enfermo en el período de rehabilitación.
* Fragmento del trabajo “Clínica de la subjetividad en territorio quirúrgico” (www.elsigma.com).