Más de un kilómetro a contramano por la autopista Perito Moreno. El bólido no era otra cosa que una ternera asustada y dispuesta al suicidio antes que caer en manos de un matarife. La ternera, de alrededor de doscientos kilos de asado y cortes varios, apareció a la altura del peaje del Parque Avellaneda nadie sabe cómo. Policías y empleados de AUSA tomaron por un momento la ingrata tarea de intentar dar caza a una vaca eludiendo sus cuernos y a los automovilistas. Media hora llevó la experiencia hasta que finalmente la pudieron atrapar mediante el antiguo método de chiflarle, gritarle “ey vaca” y decirle “mansita, mansita”.