SOCIEDAD › EL CASO DEL CUSTODIO ASESINADO
Autorrobo y drama
Se conoció como el crimen de la Recoleta. Ocurrió el lunes pasado, en un edificio del distinguido pasaje Copérnico, entre Gelly y Obes y Galileo. Las víctimas, un custodio muerto de un tiro en la cabeza, y Rafael Brávez, de 70 años y su hijo, también Rafael, de 40, heridos de varios puntazos. Los dos delincuentes se llevaron 300 mil dólares que empleados de una financiera debían cambiar a los Brávez, transacción que se había pactado para realizar en el mismo departamento. Desde el comienzo, los investigadores sospechaban de un entregador en el círculo íntimo de los Brávez. Estaban en lo cierto: tan íntimo que los dos Brávez resultaron detenidos acusados del robo y cómplices en el homicidio.
Según fuentes de la investigación, los Brávez viven en el amplio departamento del 2º A de Copérnico 2356, desde hace 25 años. Papá Brávez, su esposa, tres hijas y Rafael (h.). Los Brávez concertaron con una financiera la compra de 300 mil dólares, transacción que arreglaron realizar en el departamento, en un momento en el que no se encontraban ni mamá Brávez ni sus hijas. A la hora señalada llegaron dos empleados de la financiera, desarmados, con los 300 mil dólares.
Pero ipso facto entraron dos asaltantes. Se produjo un forcejeo y uno de los delincuentes disparó a la cabeza de Ricardo Deluchi, uno de los hombres de la financiera, provocando su muerte. Los dos Brávez resultaron con heridas: el menor con algún puntazo y el padre con un fuerte golpe en la cabeza. La investigación la realizó la comisaría 19ª, con intervención del fiscal Adrián Giménez.
Desde un principio sospecharon algo raro. Primero: que los dos Brávez tuvieran heridas menores. Segundo: ¿Cómo se habían enterado de la transacción los asaltantes? Las sospechas tuvieron su respuesta cuando hallaron ocultos, en el mismo departamento, casi la totalidad de los 300 mil dólares, fajos de papeles en blanco simulando los pesos que se pagarían a cambio de los verdes y abundante ferretería entre la que se encontraría el arma que dio muerte a Deluchi.