Martes, 22 de septiembre de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › HALLAN EN PERú A UN NIñO ARGENTINO SECUESTRADO POR SU PADRE
Se lo había llevado en abril, después de una visita. Lo descubrieron en Iquitos, Perú, donde vivía con un nombre falso. La madre se reencontró con el niño el sábado. El padre está detenido, a la espera del trámite de extradición.
Juan Sebastián Pérez Carro, el niño a quien su madre buscaba desde que, en abril, su padre lo secuestrara aprovechando uno de los días de visita asignados por la Justicia, apareció en Perú. Está sano, “un poco más flaco”, según comentó desde Perú a Página/12 su mamá, Giselle Candia, a quien el jueves la policía le informó que su hijito había aparecido en la localidad de Iquitos. El chico y su padre, Pablo Pérez Carro, figuraban en el listado de personas buscadas por Interpol. El hombre fue apresado cuando intentaba abandonar Perú bajo una identidad falsa, llevando al niño consigo, luego de que por haber sido víctima de un robo, se ganó varios días de intensa exposición mediática. “Es increíble, es como estar en el ocaso y que de repente salga el sol, de un momento para el otro”, describió Candia, mientras su hijo despertaba de la siesta. El secuestro había sido, en realidad, la coronación de una larga historia de violencia doméstica, en la que no habían faltado las amenazas.
El jueves, la oficina peruana de Interpol se contactó con su par argentina que, a su vez, alertó a la División Delitos contra Menores y al Juzgado en lo Criminal de Instrucción Nº 37, donde el juez Pablo Ormaechea tramitaba la causa de Juan Sebastián, desaparecido el 24 de abril. “Desde que llegó la noticia, el juez se ha portado fantásticamente, porque hizo todo lo posible por acelerar los tiempos de los trámites para que el reencuentro se produjera rápido”, contó una exultante Giselle Candia desde el hotel de Iquitos donde, por unos días más, permanecerá con su hijo, su madre y su abogado, mientras los trámites y la causa judicial avanzan. Desde el jueves, “Juani estuvo en una dependencia que se llama Comisaría de la Mujer –agregó Candia–. Y desde el sábado hasta hoy (por ayer) estuve ahí, porque me permitieron quedarme con él. Después de casi cinco meses sin verlo, que se cumplirían este jueves.” Para ese día el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes tenía previsto realizar una conferencia de prensa que mantuviera la búsqueda del niño bajo la luz pública.
Jessica Malegarie, titular del Consejo, recordó que, además de los recursos de Interpol y de recabar información en la línea 102, se había alertado a la red internacional de líneas de ayuda, porque “teníamos la certeza de que Pérez Carro había salido del país”. Durante su desaparición, el chico –que tenía 22 meses cuando su padre lo raptó– cumplió dos años.
Juan Sebastián estaba “jugando de espaldas en la Comisaría de la Mujer. Cuando lo llamé, se dio vuelta, se sorprendió, salió corriendo”, recordó su madre. “Le veías en la cara que pensaba algo tipo ‘¿cómo, es verdad esto?’, dudaba. Y después se fue acercando, me fue trayendo sus chiches, y estuvimos jugando, y se fue sentando arriba mío para jugar, para hacer los dibu... y ahora no puedo dejarlo ni para ir al baño porque llora.”
A Candia y su familia les comunicaron el hallazgo de Juan Sebastián cuando Pérez Carro se encontraba, ya, detenido en el aeropuerto. Trascendió que portaba pasaportes de tres nacionalidades distintas (argentina, uruguaya y española) y con tres nombres también diferentes. “Hubo un incidente acá, nos vamos enterando ahora, porque en Iquitos había sido una noticia súper importante”, refiere Candia. Y es que desde el 14 de septiembre Pérez Carro fue noticia bajo el nombre falso de Jones Machado. Uno de los diarios locales, Pro y Contra, explicaba: “Llegó hace cinco meses desde Uruguay con la idea de poner un negocio (...) Jones Machado, de 36 años, trajo consigo el dinero ahorrado de toda su vida, cogió sus maletas y a su hijo de 2 años y medio. Ingresó a Iquitos por la localidad de Santa Rosa, frontera con Colombia y Brasil. (...) alquiló una casa” en una urbanización. De allí, el domingo 13 le robaron “sus ropas, computadoras y 25 mil dólares”.
El dinero provenía de la venta que Pérez Carro había realizado de sus pertenencias días antes de raptar a Juan Sebastián. “El viernes 24 de abril vino a visitarlo como cualquier otro día de los que tenía asignados por la Justicia, pero no lo trajo nunca más. Después, la investigación fue detectando que esa misma semana, antes del viernes, había vendido la casa, el auto, los muebles. Planeó todo con inteligencia y dedicación.”
Pérez Carro, 36 años, marino mercante, había amenazado reiteradamente a Candia: “Cuando me fui de la casa de él, cuando nos separamos, me decía ‘si te vas, no lo vas a ver nunca más’. Hubo un episodio de violencia familiar, y Juani y yo necesitamos ayuda de la policía para salir de la casa”, recordó ella. Poco después, “empezó la vorágine judicial del régimen de visitas”, algo que, tras un tiempo sin autorización para ver al niño, Pérez Carro logró y sin supervisión, aun cuando Candia advirtió al juzgado que “siempre me decía ‘hoy no te lo traigo’”. Ahora está detenido en Iquitos, a la espera de la extradición.
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