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Disfrazados con máscaras de yaguaretés –animal emblemático de la selva salteña de Yungas–, una decena de activistas de Greenpeace realizó ayer una original protesta ante la sede del Ente Nacional de Regulación del Gas (Enargas). Los ecologistas exigieron a la empresa Norandino el cambio de traza del gasoducto que el último domingo explotó, ocasionando graves daños a la vida silvestre en una zona de la selva y provocando el pánico generalizado en la población del departamento de Orán, ubicado a sólo 13 kilómetros del lugar de la explosión.
La protesta comenzó a las 10, en la puerta del Enargas, en Carlos Pellegrini y Suipacha, donde los militantes entregaron a un funcionario del Ente piedras calcinadas producto de la explosión del gasoducto. Por su parte, el Enargas confirmó su decisión de impedir la rehabilitación del gasoducto “hasta que sean restablecidas las condiciones de seguridad de las instalaciones”.