SOCIEDAD › VIRTUAL ESTADO DE SITIO EN AMSTERDAM POR LA BODA
Erase una vez una princesa
Máxima y Guillermo largaron ayer los festejos con una recepción fastuosa a los invitados de mañana. La ciudad está sitiada: el municipio pagó a los vecinos de las zonas más comprometidas para que abandon en sus casas por estos días.
Aunque no la mayor, fue una Gran Fiesta Gran, un preludio de lo que será. Ayer, en el Palacio Real, Guillermo de Orange y Máxima Zorreguieta estrenaron su presencia formal prenupcial ante 350 invitados selectos, casi todos integrantes de las monarquías europeas, en los festejos del cumpleaños 64 de la reina Beatriz. Mientras esto ocurría, con la solemne fastuosidad propia de las realezas, puertas afuera, Amsterdam, el corazón de la ciudad, era escenario de los últimos retoques realizados por empleados municipales para el gran día, o sea, mañana. Entre los retoques, la zona por donde circulará la real pareja fue vedada al tránsito público. Y en Holanda, vedado quiere decir estrictamente prohibido, sin concesiones ni amiguismos. Los mismos vecinos que viven en las casas cercadas dentro del área prohibida fueron invitados, estipendio mediante en euros contantes y sonantes, a tomarse unos días de vacaciones.
A dos días de la boda, ayer se lanzaron los festejos que coincidieron con el cumpleaños número 64 de la reina Beatriz. La soberana fue la gran anfitriona de la fiesta, en la que participaron el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan; la reina Sofía de España y sus hijos, el príncipe Felipe y la infanta Cristina, la reina Sonia de Noruega acompañada del príncipe Haakon y Mette-Mari, la princesa Victoria de Suecia, y el rey griego Constantino II con su hijo el príncipe Nicolás. También los reyes de Bélgica y Suecia, las reinas de Dinamarca y Jordania, los Grandes Duques de Luxemburgo, los príncipes herederos de Japón, Mónaco Liechtenstein y otros invitados de sangre real que compartirán las celebraciones hasta el sábado con los invitados de la familia de Máxima.
Sin embargo, los nombres de los argentinos continúan celosamente guardados por el servicio de información de la Casa Real, que teme que haya protestas si se revela que alguno de ellos tuvo vinculaciones con la última dictadura militar, durante la cual el padre de la novia, Jorge Zorreguieta, fue secretario de Agricultura.
Mientras tanto, el acceso al corazón de la milenaria ciudad quedó ayer restringido. La zona “prohibida” comprende las calles situadas entre la Bolsa de Berlage, que será escenario de la ceremonia civil, y la Plaza del Dam con la iglesia Nieuwe Kerk, donde se llevará a cabo la bendición religiosa del matrimonio, y el Palacio Real, desde el cual los príncipes recién casados saludarán al público. También ha sido declarada área vedada al holandés de a pie el trayecto que seguirá el llamado Carruaje Dorado, tirado por seis caballos y dotado de vidrios antibalas.
Las estrictas medidas de seguridad han llegado a tal extremo que el Ayuntamiento de Amsterdam solicitó a cada dueño o inquilino de las casas situadas sobre la ruta del cortejo nupcial que abandonen sus viviendas entre la tarde de hoy y la de mañana. Una invitación difícil de rechazar. No sólo porque la boda del príncipe y lady Max quedó clavada entre el corazón y la ansiedad de los holandeses. No sólo porque si es una invitación de la corona la cuestión toma otra cariz –se trata de una institución íntimamente ligada a la vida de la población–. Además, porque la invitación vino acompañada por el lógico pago de 454 euros, contantes y sonantes, a cada uno de esos vecinos.
Por otro lado, las tareas de los servicios y de la policía de Amsterdam no se detuvo. Alrededor de 50 mil personas fueron fotografiadas, fichadas, investigadas y sus datos e imágenes almacenados en el sistema de computación para poder identificar a “elementos” potencialmente violentos que pudieran perturbar el desarrollo pacífico del festejo real, tal como ocurrió hace 35 años, durante la boda de la entonces princesa Beatriz con el príncipe Claus, los padres de Guillermo Alejandro.
Ayer se conoció una muestra más de la maximanía: una tienda holandesa especializada en trajes de novia anunció que pondrá a la venta a partir del martes una copia exacta del vestido nupcial de la argentina. Las diseñadoras del local se pondrán a trabajar intensamente el fin de semana después de seguir en directo las imágenes televisadas del enlace para copiar el diseño celosamente guardado. Maxi da para todo.