SOCIEDAD › TRES MUERTOS Y DOS HERIDOS POR UN TIROTEO DENTRO DE UN COLECTIVO
Un viaje que terminó en pesadilla
Ocurrió en Constitución, en un interno de la línea 39. Murieron dos policías y un ladrón. El chofer fue baleado por venganza.
Dos suboficiales de la Policía Federal y un delincuente perdieron la vida tras un tiroteo producido en el interior de un colectivo de la línea 39, en el barrio porteño de Constitución. En el hecho también resultó herido el chofer, quien recibió un disparo de un delincuente como venganza por haber detenido el ómnibus ante los gritos de la policía. “Para vos también hay”, le dijo uno de los asesinos antes de bajarse del colectivo.
Eran las 10.30 de ayer cuando agentes de la Policía Federal, vestidos de civil, que estaban realizando su habitual ronda por la zona, vieron a tres personas que caminaban por la calle Cochabamba con “actitud sospechosa”, por lo que decidieron detenerlos, con el fin de identificarlos.
No lograron acercarse más que unos pocos metros. Cuando los tres delincuentes vieron venir a los policías comenzaron a correr desesperadamente, con dirección a la calle Salta, por donde doblaron para intentar eludir a sus perseguidores. Quiso la casualidad que en ese mismo instante circulara por allí el interno 66 de la línea 39, que pocos minutos antes había abandonado la estación Constitución y se dirigía al centro de la ciudad con unos veinte pasajeros a bordo.
Al toparse con el ómnibus, los delincuentes no lo dudaron. Se subieron en él pensando que los policías no advertirían su maniobra y que podrían escapar sin ser detenidos. Sin embargo, no fue así. Cuando los policías llegaron a la esquina, obligaron al colectivero a detener su marcha y subieron a la unidad.
“Dos de nuestros hombres subieron al colectivo, mientras el tercero, esperaba abajo, y les solicitaron a estas tres personas que habían estado persiguiendo sus documentos, para que pudieran ser identificados. Pero se negaron, y antes de que los hicieran descender del vehículo, sacaron sus armas y comenzaron a disparar a mansalva sobre los agentes”, relató a Página/12 el comisario Sergio Russo, titular de investigaciones de la división Robos y Hurtos de la Policía Federal.
Las primeras balas fueron para el sargento primero Jorge Costa, quien fue alcanzado en la nuca por uno de los disparos y cayó malherido en el interior del colectivo. Luego siguieron con el sargento Daniel Pontorno, que había subido al colectivo por la puerta de atrás y esperaba el resultado de las conversaciones de su colega con los delincuentes.
Pontorno alcanzó a repelir la agresión, mató a uno de los delincuentes e hirió a otro en el pecho, antes de caer él mismo herido de gravedad con dos tiros en el tórax, que al igual que a Costa, le produjeron la muerte, antes de que puedan ser atendidos en el Hospital Churruca.
Luego de la balacera, los dos delincuentes que continuaban con vida bajaron del colectivo corriendo y huyeron del lugar, no sin antes dispararle en un tobillo al chofer del micro, como venganza por haber detenido el vehículo ante el requerimiento policial. “Antes de bajar, el malviviente herido giró sobre sus talones y le gritó al chofer ‘para vos también hay’ y, acto seguido, le efectuó un disparo en el tobillo derecho”, explicó Russo.
Sin embargo, esa fue su última acción en libertad, ya que a los pocos metros del colectivo fue interceptado por la policía. El delincuente ileso, por su parte, alcanzó a cruzar corriendo la plaza Constitución y se subió a un taxi libre en avenida Garay y Lima. Pero tampoco llegó muy lejos, y fue cercado por oficiales de la comisaría 16ª.
A raíz de este hecho, el presidente Eduardo Duhalde se comunicó con el comisario mayor Roberto Giacomino, jefe de la Policía Federal, para expresarle su dolor por la muerte de los dos agentes. “Los argentinos no podemos ni debemos resignarnos a que asesinen a quienes nos protegen”, dijo Duhalde.