Pocos minutos después de las 16 en la sucursal del Banco Nación situada en Abraham Luppi 1086, del barrio de Pompeya, cuando las puertas de la entidad bancaria ya estaban cerradas al público, una banda tomó por asalto el local y escapó con tres millones de pesos. Aparentemente primero realizaron una maniobra de distracción para desorientar a los incautos uniformados. Un llamado a la policía denunciando el asalto a un comercio a 20 cuadras del banco, con tiroteo incluido, provocó la distracción más conocida como cuento del tío, en este caso, el tío uniformado. Los asaltantes, seis, llegaron a la sucursal en dos camionetas y encapuchados. Con un cilindro de hierro semejante –hasta casi podría decirse que fue tomado prestado– al que usa la policía para romper las puertas en los allanamientos, uno de ellos rompió el blíndex en el sector de los cajeros automáticos. Por el vítreo hueco ingresó la banda que se dirigió directamente al sector del tesoro donde se encontraban el sorprendido gerente y varios empleados. Con la situación dominada, y la tropa en rancho ajeno, en menos de dos minutos los delincuentes sustrajeron tres sacas de dinero que contenían unos 3 millones de pesos. Enseguida salieron a la calle y subieron a las camionetas, en las cuales los esperaban los cómplices conductores que se encargaron de alejarse de la zona chirriando gomas. Tras el atraco los empleados del banco llamaron a la policía. En algunos minutos, arribaron varios patrulleros prestos.