Jueves, 7 de octubre de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › PRESENTARON LOS RESULTADOS DE LA MEDICIóN DE VIBRACIONES
El estadio de River podrá seguir siendo escenario para conciertos de rock, siempre que no haya espacio para la celebración de uno de sus rituales, el pogo. La conclusión se desprende de los resultados de la prueba realizada en septiembre en el césped de Núñez, donde unos 200 jóvenes saltaron sobre distintos tipos de piso para determinar cuál de ellos podía mitigar las vibraciones. Sólo una de esas superficies logró reducir el impacto en un 50 por ciento, una magnitud que fue considerada insuficiente por las autoridades. El resultado pudo verse el domingo, durante el recital de Bon Jovi, donde la instalación de sillas en el campo no dejó espacio para el torbellino de cuerpos jóvenes que suele acompañar los ritmos del concierto. Ese cuadro es el que, en principio, va a repetirse al menos en ese estadio en el futuro inmediato.
“Estamos trabajando para que la ciudad de Buenos Aires siga disfrutando de la música, pero sin incomodar a los vecinos”, dijo ayer el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, al dar el informe sobre la medición de las vibraciones del pogo que se organizó el 8 de septiembre. La prueba se hizo para determinar el impacto de los saltos sobre diferentes pisos y determinar cuál de ellos mitiga más esas vibraciones que, según numerosas denuncias de vecinos, afectan a edificios ubicados cerca del club. El informe reveló que, de los siete pisos sobre los que saltaron los pogueros ese día, la alfombra de pasto sintético fue la que más mitigó las vibraciones de los saltos. “Lo hizo en un 50 por ciento, no llegó a disminuir las vibraciones para alcanzar el límite permitido, que es de 0,13, pero igualmente ese piso no sirve para este caso, porque no protege el césped”, explicó Javier Corcuera, de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad (APRA), quien supervisó la prueba.
La siguiente variante, que sí es viable, corresponde a un “cubreplás más apoyos, con 15 libras de presión sin placa de apoyo”, pero la reducción de las vibraciones es aún menos significativa que la que se logra con la alfombra de pasto sintético: sólo alcanzó al 22 por ciento. “Esto obliga a realizar nuevas pruebas y combinaciones de pisos para llegar a la mejor variante”, sostuvo Corcuera.
Para Santilli, “la convocatoria al pogo de River sirvió porque generó la onda de vibración necesaria para experimentar con los distintos pisos” y explicó que la prueba abrió un camino para que “los técnicos puedan seguir trabajando”. No obstante, el ministro destacó que el domingo pasado, durante el recital de Bon Jovi, con gente ubicada en sillas instaladas en el campo, se cumplieron con todas las normas de la ley Nº 1540.
“El domingo no se superaron ni los 100 decibeles dentro del estadio ni los 75 fuera de ese ámbito”, informó Santilli. Además, destacó que la disposición de las sillas en el campo no dio lugar a la formación de pogos. De todas maneras, el ritual “que no ocurre con todas las bandas”, según el ministro, puede volver si los técnicos encuentran una solución.
Según informó Santilli, durante el recital de AC/DC, el 6 de diciembre pasado, la medición de vibraciones registró 0,1835, cuando el límite permitido es de 0,13. En el recital de Bon Jovi, con toda la gente sentada en el campo, “se cumplieron todos los parámetros de la ley 1450: no se superaron los límites sonoros y vibratorios”.
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