Jueves, 7 de octubre de 2010 | Hoy
DEPORTES › CóMO REMENDó SABELLA A ESTUDIANTES PARA SUBIRLO A LA PUNTA
Cinco razones que explican la recomposición de un equipo vencido en este sólido puntero del Apertura 2010: la reducción de la competencia, la mejoría anímica, la mano del técnico en el ataque, la solidez defensiva y el liderazgo de Braña.
Por Ariel Greco
Tres triunfos en una semana dispararon a Estudiantes no sólo a la condición de único líder, con cinco puntos de ventaja, sino a principal candidato al título, justo cuando se supera la mitad del Apertura. El presente del equipo de Alejandro Sabella, con menos talento que en torneos anteriores, se basa en la mentalidad y la capacidad de sus integrantes para saber aprovechar algunas circunstancias, incluso en situaciones adversas.
1 La eliminación de la Copa Sudamericana terminó de disipar cualquier tipo de dudas que pudieran existir. Con equipos mixtos, Estudiantes cayó ante Newell’s en Rosario, perdió ante All Boys en Floresta y empató con los rosarinos en Quilmes para despedirse del certamen continental, todo en menos de una semana. Con un solo objetivo en la mira, Estudiantes jugó con todos los titulares en el torneo local y su entrenador ya no tuvo necesidad de pensar en las famosas rotaciones, que lo único que hicieron fue resentir la estructura.
2 Las palabras de Verón tras aquellas caídas surtieron efecto. Frases como “En el plantel hay varios remolones” o “Lo más fácil sería acostarse en una camilla, pero hay que dar el ejemplo y jugar”, pese a que ante All Boys se tuvo que retirar con una molestia en el tobillo, mostraron el camino a los demás jugadores. Y lejos de provocar malestar en el grupo, el discurso público del líder fue tomado como un incentivo para mejorar. A partir de aquellos dichos, Estudiantes encadenó tres triunfos ante Boca, Gimnasia y San Lorenzo y se posicionó como principal candidato al título. Y claro, ya no se habla más de remolones.
3 Sabella tuvo muñeca para potenciar virtudes y disimular defectos, sobre todo en ataque, donde el técnico dispone de muy poco potencial. Lesionado Rodrigo López, con Gastón Fernández en bajo nivel –lo hizo jugar en reserva contra Boca– y con los delanteros juveniles todavía verdes, el entrenador mostró reflejos para cambiar el esquema, superpoblar el campo con volantes capaces de marcar y crear y se animó a jugar con un solo delantero –Leandro González–. De esa manera pudo disimular las evidentes falencias ofensivas que tiene el equipo desde la salida de Mauro Boselli. Además, cuando notó que Fernández recuperaba su rendimiento, lo mandó a la cancha, con la fortuna de que La Gata definió el partido ante San Lorenzo con un golazo.
4 La solidez defensiva que encontró Estudiantes es envidiable. En los últimos tres partidos no le convirtieron goles y no sólo eso: no le generaron situaciones de peligro frente al arco de Orion. Por eso, cuando anotó un gol, el partido se terminó, pese a que, por ejemplo, ante Boca el tanto de Marcos Rojo llegó a los dos minutos del primer tiempo. En total recibió sólo tres goles, a un promedio 0,33 por encuentro, y en siete compromisos mantuvo su arco invicto –ganó seis, tres por 1-0 y tres por 2-0–. Sólo en el 2-1 ante Godoy Cruz en Mendoza le anotaron un gol.
5 Con Verón con una presencia más simbólica que efectiva por sus molestias en el tobillo, que incluso lo apartaron del cruce ante San Lorenzo, Braña asumió la responsabilidad de comandar el equipo. El volante central es el líder en marcar los tiempos y las zonas de la presión, el arma principal con que Estudiantes ahogó a sus rivales y no les permitió desarrollar su juego. Además, los aportes de los juveniles Federico Fernández y Marcos Rojo, con más presencia e importancia que en épocas anteriores, sirvieron para solidificar el bloque defensivo.
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