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A raíz de los nuevos testimonios en su contra, la causa Hoyos comienza a ramificarse. Santiago Pedroza, el abogado defensor de la familia de la pequeña abusada, anticipó ayer a Página/12 que, entre hoy y mañana, solicitará al juez Agüero Molina que se investigue al empresario por la supuesta desaparición de personas en el horno de la calera de su propiedad. “Creemos que las pruebas que tenemos son suficientes como para que se disponga la apertura de una nueva causa por estos hechos”, sostuvo el abogado. Por otra parte, durante todo el día de ayer continuaron los careos entre el empresario y los testigos del caso. “Se mantuvo en su versión pese a la abrumadora evidencia en su contra e incluso se puso bastante agresivo”, comentó una fuente cercana a la investigación.
Todos los temores que durante años supo generar Simón Hoyos entre sus empleados, al mejor estilo feudal, parecen estar desmoronándose como un castillo de naipes, luego de que Valentina Mera Lupo, la madre de la pequeña de ocho años que fue encontrada junto al abogado en el albergue transitorio, se animara a hacer la denuncia en su contra. Así, además de las nuevas denuncias por abuso, comenzaron a aparecer otras que están relacionadas con los terribles métodos de castigo que imponía “Don Simón” a sus trabajadores díscolos y a aquellos que les causaran problemas. Entre los comentarios aparecieron las sospechas de muerte por incineración en los hornos de la calera, donde la propia cal, con sus ácidos, se ocupaba de que no quedara ni el más mínimo rastro del cuerpo de la víctima.
“Tengo información y pruebas de que en la ‘calera’ del imputado han desaparecido entre tres y cuatro personas en los últimos 20 años. Por eso vamos a pedir que se investiguen esos hechos”, advirtió el doctor Santiago Pedroza, abogado patrocinante tanto de la familia Mera Lupo como de Sandra Rodríguez.
Justamente Rodríguez es quien, con su denuncia, abrió la puerta a esta nueva acusación. “Después de violarme, Hoyos me dijo que ya me había hecho mujer y que si hablaba me iba a hacer desaparecer en la calera”, recordó Sandra, entre sollozos, en una entrevista publicada el domingo pasado en Página/12. Luego le llegó el turno a Inocencia Segovia, otra ex jornalera del patrón, quien aseguró que las versiones sobre las misteriosas muertes en la calera eran mucho más que rumores. “El capataz me inculcaba que los que jodían terminaban en el horno de la calera, y eso no era rumor, era verdad, porque hay varios desaparecidos allí”, dijo al diario El Tribuno de Salta el lunes pasado.
Pese a estas denuncias, no es seguro que el juez dé su acuerdo para que se inicien acciones en este sentido, aunque trascendió que ya había tomado debida nota del detalle de las declaraciones publicadas en los diferentes medios. “Será el fiscal quien finalmente decida si avanza o no con esta investigación”, sentenció Pedroza quien, por otro lado, pronosticó que en menos de diez días Hoyos será finalmente procesado por “abuso sexual agravado”, con una probable pena de 20 años de prisión.
“Realmente estamos muy satisfechos con el cambio de carátula. Nosotros veíamos que si se mantenía la causa como abuso sexual, a secas, podíamos tener en los próximos días a Hoyos libre, ya que ese delito prevé penas que van desde los 6 meses a los 4 años, dependiendo del caso”, explicó el abogado. Los delitos con penas menores a tres años son excarcelables.
Mientras tanto, durante todo el día de ayer continuaron los careos y los dolores de cabeza del empresario. Respecto de lo primero, todos los testigos careados hasta el momento revelaron que Hoyos se mantuvo firme en su postura y que incluso se mostró por momentos agresivo con ellos, cuando lo contradijeron. Con relación a lo segundo, el juez Agüero Molina, autorizó a que los médicos se trasladasen, para una mejor atención, hasta el lugar de detención del imputado en la comisaría de Villa Lavalle, donde el abogado tiene los días contados y se prepara para mudarse a una prisión de máxima seguridad.