SOCIEDAD › LA CORTE PROVINCIAL SEPARO A UNA NIÑA DE SUS HERMANOS

A vivir con el guardiacárcel

Las Abuelas criticaron el fallo por el cual una chica debe ser entregada por su familia biológica a un ex miembro del SPF de la dictadura. Investigan si tuvo participación en “El Vesubio”.

 Por Mariana Carbajal

En una polémica sentencia, la Suprema Corte de Justicia bonaerense ordenó que una nena de 6 años sea separada de sus hermanos y de su familia de sangre y vuelva a vivir con un matrimonio integrado por un ex guardiacárcel de la última dictadura militar que la crió de pequeña. “Según denuncias recibidas en Abuelas, se trata de un ex miembro del Servicio Penitenciario Federal que podría haberse desempeñado en el centro clandestino de detención conocido como ‘El Vesubio’”, indicó Estela de Carlotto. Las Abuelas están investigando además, si tiene como propio un hijo de desaparecidos. Estas sospechas están contenidas en un informe que Carlotto entregó el lunes al presidente del máximo tribunal de la provincia, Eduardo Pettigiani, al enterarse de la resolución judicial. “El fallo es gravísimo. Están separando arbitrariamente a los hermanos. Tenemos una doble preocupación: por un lado, urge defender el derecho de la nena a vivir con su familia, y por el otro, el hecho de que este hombre podría haber tenido participación en la represión ilegal”, señaló Carlotto, en diálogo con Página/12.
Desde el Comité de Seguimiento de la Convención de los Derechos del Niño que preside, Carlotto está apoyando el reclamo de los tíos maternos que pelean la tutela de la nena. La decisión del máximo tribunal es “provisoria”, hasta que se resuelva la cuestión de fondo que defina con quién debe vivir la pequeña y se fundamenta en pericias psicológicas que indican que su salud psíquica “no se halla debidamente resguardada” en la convivencia con sus hermanos y sus tíos. “Toman en cuenta pericias viejas, de cuando la nena recién había sido restituida a su familia de sangre. Los últimos estudios dan muestra de la muy buena integración que ha tenido”, destacó Carlotto. Ayer, los tíos presentaron un amparo para frenar la entrega de la pequeña al ex guardiacárcel.
El fallo de la Suprema Corte tiene fecha 12 de febrero y es un capítulo más de una larga disputa por la tenencia de la menor, cuya historia reveló este diario a mediados de 2002. En la cruenta batalla legal se enfrentan los tíos maternos, Susana Díaz y Daniel Guerra, que años atrás obtuvieron la guarda de los dos hermanos mayores de la nena, y el matrimonio de Carlos Angel Mancuso y Dora Ignacia Giménez, que la crió desde pequeña. Ambas familias viven en el mismo barrio de Bella Vista, partido de San Miguel.
Carlotto precisó que las Abuelas están realizando una investigación para determinar qué papel jugó Mancuso durante la represión en la última dictadura militar. “Hemos recibido denuncias que indican que habría actuado en el centro de detención ‘El Vesubio’ y que tendría un hijo de desaparecidos”, indicó.
El caso judicial es muy complejo y refleja cómo el poder omnímodo de los jueces de menores sobre los chicos bajo su tutela puede causarles daños irreparables en sus vidas. Gimena –el nombre es ficticio para preservar su identidad– quedó huérfana de madre a los pocos días de nacer. Ella y sus dos hermanos (hoy de 9 y 16 años) quedaron entonces al cuidado de su padre, Julio M. El hombre, según denunciaron los dos chicos, los sometía a abusos sexuales. Pericias psiquiátricas posteriores determinaron que tenía “personalidad borderline” y “serias falencias para el cumplimiento del rol paterno”.
Ante esta situación, los tíos maternos comenzaron a reclamar la guarda de los tres hermanos. La causa recayó en el juez de menores Nº 2 de San Martín, Bernardo Mogaburu. El magistrado les entregó primero la tenencia del mayor de los chicos –que, en realidad, no era hijo biológico de Julio M.– y tras otra ardua pelea judicial que duró tres años, consiguieron en 1999 la tutela del segundo.
Paradójicamente, la pequeña Gimena siguió con su padre. Pero, incapaz de hacerse cargo de su cuidado, el hombre la dio a unos vecinos, los Mancuso. Mientras los tíos maternos seguían reclamando a la nena para reunirla con sus hermanos, el juez Mogaburu decidió darle la guarda al ex guardiacárcely a su esposa. Esto fue el 28 de diciembre de 1998, cuando Gimena tenía 2 años. Recién en abril de 2002, los Guerra obtuvieron la tutela de la nena y la chiquita empezó a vivir con sus hermanos.
“La causa es una muestra de mala praxis judicial. Había una familia que reclamó a la nena desde el principio y un magistrado que se empeñó en separarla de sus hermanos. Ahora la Suprema Corte convalida ese atropello”, consideró Juan Pablo Gallego, abogado de los tíos. “Además, es curioso porque con este fallo la Suprema Corte se contradice con una resolución anterior. En noviembre de 2001 el máximo tribunal le aplicó un ‘apercibimiento grave’ y lo separó de la causa a Mogaburu por haber demorado la entrega de la guarda del segundo niño a los Guerra y dejado a Gimena en manos de ‘terceras personas y privada del contacto con sus hermanos y grupo familiar primario’”, recordó Gallego.
Al ser apartado del caso Mogaburu, el expediente pasó al juez de menores Nº 1 Gabriel Peñañori, quien en abril de 2002 ordenó la restitución de la pequeña a su familia de sangre. Pero cuatro meses después, un fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Civil de San Martín revocó esa decisión y dispuso que la nena volviera con los Mancuso. Entonces, los Guerra presentaron un recurso extraordinario ante la Suprema Corte, que todavía no fue resuelto, y Gimena siguió viviendo con ellos. Los Mancuso contraatacaron y presentaron un recurso de queja. Ahora consiguieron una sentencia favorable: el máximo tribunal dio un plazo hasta mañana para que los Guerra devuelvan “provisoriamente” a la nena.

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Para Estela de Carlotto, el fallo es “gravísimo” porque hay una separación arbitraria de la niña.
 
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