La causa en torno del asesinato y secuestro de Candela Rodríguez mantiene máximo hermetismo. Por lo pronto, la semana próxima Carola Labrador declarará ante los fiscales, quienes intentarán afinar la nebulosa de hipótesis que gira sobre la familia de Candela. En tanto que Laureiro Rodríguez, padre de la niña, será llevado a Mercedes, donde deberá prestar declaración por una causa de piratería del asfalto, no vinculada a la que lo tiene actualmente detenido. Desde su entorno sostienen que por medio de este llamado a declaración “lo quieren apretar” para que aporte a la causa sobre la muerte de su hija. La estrategia del abogado del padre de Candela apunta a mostrarlo frágil, atacado. En realidad, no tendrá que hacer demasiado esfuerzo. Su abogado, Carlos Telleldín, materializó esta línea e indicó que “en este momento” su defendido “es víctima”.

Tras una hipermediatización del trabajo de los investigadores y de la opinión de la familia de la víctima, los últimos días sólo arrojaron cruces entre fiscales y periodistas, entre movileros y familiares de Candela, pero poco y nada sobre el avance de la causa. Uno de los escasos datos que asoman de los allegados a la investigación es que Labrador continúa guardando secretos que podría aportar al esclarecimiento del rapto y posterior crimen de su hija. La línea que gira sobre una banda vinculada al negocio de la droga, que estaba en contacto con la familia de Candela, se mantiene en pie. La madre de la niña de 11 años tendrá esta semana la oportunidad de dar toda la información, que se estima no brindó en declaraciones anteriores, ante la fiscalía.

Por otra parte, Laureiro Rodríguez, a través de su abogado Carlos Telleldín, insistió en que “no tiene ni idea” de los motivos del ataque contra su hija. El abogado representa a Rodríguez en la causa por robo calificado por la que está detenido hace catorce meses. “Todo lo que dicen (sobre Rodríguez) es una manga de mentiras total”, insistió el abogado.

Para preparar el clima antes de la declaración que hará estos días su defendido en Mercedes, Telleldín aseguró que “él no sabe, no tiene ni idea” de qué motivó el crimen de la niña. “No es un tipo pesado, malo, que tiene deudas. Es un buen tipo, metódico”, describió el abogado. La pintura sobre el padre de Candela siguió: “Hay que separar dos tipos de delincuentes, el que va en banda y usa armas y éste, que es un perejil”.

Telleldín aclaró que su representado “declarará como testigo”, y del trámite “no participan abogados”.

Quien volvió a dar sus impresiones sobre el caso fue el ex ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, quien apuntó que dudaba de que “por las características del hecho se pueda hablar de una gran sofisticación” por parte de la banda que secuestró y asesino a la nena. “Da la impresión que se trata de cuestiones que se han ido generando en círculos de confianza relacionados con la familia de la víctima y no necesariamente en una organización de gran complejidad”, evaluó Arslanian. El penalista dijo estar confiado en que el caso será resuelto, y planteó que “sería terrible que no se esclareciera porque esto insume en desconfianza y en desesperanza a la sociedad, donde hay gran sensibilidad”. El especialista en seguridad hizo varias declaraciones en los últimos días en torno de la expectativa que pusieron los medios en este caso. Repartió responsabilidades sobre los productores periodísticos y en quienes desde la investigación no supieron abordar el tratamiento con la prensa.

Mientras, la investigación permanece bajo estricto secreto de sumario. Tras los errores de comunicación cometidos en la primera etapa del caso, las fuentes vinculadas al caso se limitaron a indicar que “puede haber en breve alguna detención”, pero aclararon que esa situación será analizada con detenimiento, y no precisaron mucho más. Para estimular el aporte de información, el gobierno bonaerense aumentó el monto de la recompensa por datos vinculados al caso a 400.000 pesos, pero por ahora no se reportaron llamadas serias, señalaron los investigadores.