Martes, 20 de diciembre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › EL JUEZ DICE QUE OSVALDO MARTíNEZ FUE “PARTíCIPE NECESARIO”
El único sospechoso en el caso de las cuatro mujeres asesinadas en La Plata seguirá preso porque el juez consideró que estuvo en el lugar de los hechos. Ahora buscan al autor material de los homicidios. El abogado dice que no hay motivo para que esté detenido.
Para el juez Guillermo Atencio, Osvaldo Martínez, pareja de una de las cuatro víctimas del crimen ocurrido en La Plata, fue “partícipe necesario” del hecho. Por eso le dictó ayer la prisión preventiva. La semana pasada, el resultado negativo de las pruebas de ADN aminoraron las sospechas sobre el novio de Bárbara Santos como autor material, aunque Atencio considera que estuvo “en el escenario de los hechos”. Además, el magistrado señaló las contradicciones en su declaración, que afloraron tras analizar varias llamadas, y los testimonios de amigas de Santos que lo describen como posesivo y celoso. “Primero dijeron que fue delirio emocional, ahora me van a decir que contrató a alguien para asesinarla”, observó su defensor, Julio Beley, en diálogo con Página/12 y aseguró que uno de los principales testigos, un vecino de Martínez, se desdijo ayer.
La prisión preventiva fue pedida por el fiscal Alvaro Garganta, quien acusa a Martínez de ser “coautor” del cuádruple crimen perpretrado el 26 de noviembre pasado. El juez optó por considerarlo “partícipe necesario”, ya que aún se debe identificar a quién pertenece el ADN de las huellas que aparecieron en los dos cuchillos y el palo de amasar utilizados en los asesinatos y que también está presente en las uñas de dos de las víctimas. La ausencia de pruebas de ADN que involucren a Martínez, según el juez, indicaría que “el imputado no actuó solo”.
Atencio estimó que a la casa del barrio platense Las Lomas entraron dos hombres: Martínez y otro que “ocasionó la muerte de Bárbara Santos haciendo lo propio, con el fin de procurar la impunidad, con Susana de Bártole, Micaela Galle Santos y Marisol Pereyra”. El juez de Garantías señaló que la cooperación del novio de Bárbara fue indispensable “en razón de que el trato que mantenía con el grupo familiar que resultase víctima permite concluir que su presencia y no otra es lo que justifica hoy que el ingreso a la vivienda fuera posible sin que se ejerciera violencia”.
Por otra parte, en su escrito, el magistrado destacó la “mendacidad” del detenido en su declaración. Dos llamadas que él dijo haber realizado desde su casa, una a Santos la noche del crimen y otra a su hermano al día siguiente, fueron efectuadas desde otros lugares, según surge del peritaje sobre las llamadas. Otra de las pruebas citadas es “la posesiva celotipia con el que el imputado llevaba adelante la relación sentimental con su pareja”. Para fundamentar este punto, Atencio citó el testimonio de ocho amigas de las víctimas, la mayoría, de Bárbara.
“Con el transcurrir del tiempo él (Martínez) se tornó posesivo, la trataba como un objeto... supe por Bárbara que la llegó a insultar tratándola de trola... los fines de semana no la dejaba hacer nada”, recordó Sofía Micaela Faes. “Por un tiempo le prohibió a Bárbara que vaya a mi casa porque mi hermana no estaba de novia y decía que la iba a llevar por un mal camino”, dijo Tatiana Faes. En su declaración, el acusado reconoció que era celoso, pero sólo “lo normal”. El juez citó en su escrito el informe psiquiátrico en el que se afirma que “la cotidianidad con Bárbara le demandaba control sobre ésta y posesividad”.
El testimonio principal sigue siendo el del remisero Marcelo Tagliaferro, que ubica al acusado en el lugar del hecho. El vecino de Martínez que dijo haberlo visto guardar el auto, enfurecido, la noche del crimen está citado en la resolución, aunque ayer, según contó el abogado defensor, “admitió que se equivocó de día”. Por otra parte, Beley adelantó que presentará un hábeas corpus y un recurso de apelación para revertir la prisión preventiva. “No tienen nada contra él, salvo la declaración de Tagliaferro. Es insólito que siga detenido”, dijo.
Fernando Burlando, representante de la familia de Marisol Pereyra, dijo ayer que “hay una pequeña porción de la investigación que ha llegado a buen puerto, pero todavía falta detener al autor material del femicidio”. Para el juez, la existencia de otro hombre en la escena del crimen explica por qué al momento de hablar Tagliaferro con el acusado, en la puerta de la casa de las víctimas, Martínez “no presentase rastros de sangre que llamaran la atención”.
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