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El giro del caso García Belsunce, tras la detención de Carlos Carrascosa, provocó a su vez otro giro, esta vez, hacia la polémica: el plan estratégico-mediático anticipado por Página/12 provocó una respuesta del secretario de la Policía Judicial, Jorge Amorín, que a su vez tuvo su respuesta, indignada, de parte del abogado de la familia, José Licinio Scelzi. Durante una entrevista, Amorín sostuvo que la familia apareció en los medios presionada por Carrascosa. Scelzi le contestó que analiza iniciar una querella en su contra. El abogado también solicitó al fiscal Diego Molina Pico que no demorara más las medidas de prueba solicitadas (careos, prueba de ADN, ampliaciones testimoniales). El juez Diego Barroetaveña, quien ya había instado al fiscal a que profundizara otras líneas de investigación abandonadas, ordenó realizar extracciones de sangre a nueve personas, entre ellas el detenido Carrascosa. En el listado, el juez incluyó a Irene Hurtig, hermana de la víctima, Viviana Binello, amiga de María Marta, y el vecino Nicolás Pachelo, que hasta ahora no están involucrados en la causa.
El próximo 21, desde las 8 de la mañana, la Asesoría Pericial de San Isidro, en Moreno y Tres de Febrero, será un lugar apto para todo aquel que se precie de ser candidato presidencial: ese día, a esa hora, estarán reunidos infinidad de móviles periodísticos, vecinos, curiosos y público en general, siguiendo las alternativas de la extracción de sangre a Carlos Carrascosa, Guillermo Bártoli, Irene Hurtig, Horacio García Belsunce (h), Viviana y Sergio Binello, Nora “Pichi” de Taylor, Beatriz Michelini y Nicolás Pachelo. Con las extracciones se busca determinar los ADN correspondientes para contrastarlos con la secuencia genética de la muestra de sangre tomada de la escena del crimen. Fuentes de la Procuración aseguraron a Página/12 que hoy estará la muestra a disposición de la fiscalía.
Del grupo, Carrascosa ya había solicitado con anterioridad ese examen y había ofrecido incluso solventar los gastos. Bártoli, García Belsunce, Sergio Binello y Taylor forman parte de los imputados por encubrimiento. Junto con Beatriz Michelini (también imputada por el mismo delito) fueron los primeros en llegar a la escena del crimen después de Carrascosa. Viviana Binello, Irene Hurtig y Nicolás Pachelo no figuran en la causa, aunque los tres jugaron roles distintos en los hechos.
En principio, conviene aclarar que la extracción del ADN implica ya sea la intención de descartar o la de confirmar una sospecha de participación en el crimen. Mientras que toda lógica indica la necesidad de la extracción a Carrascosa, y las sospechas del fiscal llevan al mismo terreno a Bártoli, es novedad en el caso que la extracción se extienda al resto. Mucho más lo es en el caso de Viviana Binello. Por su lado, Irene Hurtig sólo fue mencionada en versiones periodísticas, aunque fuentes judiciales habían ya señalado que se investigaban sus pasos el día del crimen, especialmente tras la detección de manchas sanguíneas correspondientes a una mujer que no era María Marta.
Con Pachelo la cuestión es diferente: como Irene, no figura en la causa, y también como ella, es investigado. Su figura fue el centro de las sospechas de la familia García Belsunce, desde que se supo que María Marta había muerto de una forma diferente a como lo habían asegurado los mismos García Belsunce.
El indentikit presentado el lunes por Horacio García Belsunce, durante el programa de Mirtha Legrand, es notoriamente parecido a la esposa de Pachelo. “Fue hecho con toda intención de ese modo –señalaron allegados a Pachelo–. Pero se olvidan de un detalle: cuando el médico (Santiago Biassi) describió a esa misteriosa mujer de rosa dijo que tenía alrededor de 50. Y la esposa de Pachelo tiene 25. Además, en ese country todos se conocen. ¿Cómo pueden asegurar que es ella si dicen que es una mujer desconocida?”. Respecto a Pachelo, fuentes judiciales confiaron a estediario que “poco de lo que dijo cierra, pero nada por ahora lo incrimina. Se lo sigue investigando”. Roberto Ribas, abogado de Pachelo, para borrar toda sombra de dudas, se anticipó a la orden de extracción solicitándola él mismo. El dato fue confirmado por fuentes de la fiscalía. Trascendió ayer, de las mismas fuentes, que los dos hijos de Bártoli-Hurtig, de 13 y 10 años, declararon ayer ante Molina Pico, acompañados por su madre. Dijeron lo mismo que habían declarado unas horas antes, pero a los medios.
Por separado, las polémicas: una, desatada en torno a Michelini. Su abogado, Eduardo Ludueña, salió enérgicamente al cruce de versiones que la señalaban. Michelini tenía entre sus clientes a la mujer de Pachelo y una de esas versiones indicaba que la habría cubierto a ella y no a Carrascosa. Ludueña deslizó sutilmente que la fuente de esas versiones coincidía con la fuente de acusaciones a Pachelo, o sea, la familia.
La otra polémica corrió por cuenta de José Scelzi y Jorge Amorín. A una pregunta periodística (“¿Puede ser que Carrascosa haya presionado a la familia para que salga en su defensa, porque sino iba a contar otras cosas?”), Amorín respondió, “Y..., puede ser. También puede ser que la familia crea profundamente en la inocencia de Carrascosa, pero es en el terreno de la fe y no en el de las pruebas jurídicas”. Airado, Scelzi amagó con querellarlo. Como ya se había anticipado, tanta comedia de enredos ocurrió frente a los medios.