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Nueve premios para nueve uniformados de la Bonaerense: de comisarios mayores fueron ascendidos a comisarios generales. Todos, salvo uno, fueron confirmados en sus puestos. Algunos son ilustres desconocidos para el público. Otros tuvieron actuaciones destacables en el estricto sentido de la palabra. Uno de los destacables es nada menos que Claudio Smith, ex imputado en la masacre de Villa Albertina (ocurrida en 1985), hasta ayer titular de la Departamental de Lomas de Zamora, y ahora titular de la Dirección de Operaciones Estratégicas. El otro de actuaciones destacables es Angel Casafús, que seguirá al frente de Investigaciones de toda la provincia. Casafús tuvo un destacable paso por el caso de María Marta, tras el histórico pedido de Horacio García Belsunce (“¡Sacame a la policía de encima!”). Tras ese llamado, la Bonaerense perdió un patrullero en el camino al country y demoró tres días en encimar el caso.
Los nuevos comisarios generales, designados por el jefe de jefes Alberto Sobrado, son Horacio Aníbal González, director de la Policía Vial; Héctor Rodolfo Díaz, director de Seguridad; Julio Cesar Frutos, secretario General de la Bonaerense; Eduardo Francisco Colaci, coordinador General; Angel Casafús, director general de Investigaciones; Claudio Smith, ex titular de la Jefatura Departamental de Lomas de Zamora; Angel Alberto Pérez, director de Narcotráfico; Ernesto Esteban Lamardo, director de Institutos; y Miguel Angel Pérez, titular de la Caja de Retiro, Jubilaciones y Pensiones. Todos fueron confirmados en sus puestos, salvo Smith, que fue designado al frente de la fundamental Dirección de Operaciones Estratégicas.
Smith y Frutos tienen peso propio. Es conocida la vinculación de Smith con Eduardo Duhalde, a través de su padre. Sobrevivió a todo, especialmente al caso de gatillo fácil de Villa Albertina, en el que tres inocentes fueron fusilados, el 17 de junio de 1985. Al año siguiente le dictaron la prisión preventiva, aunque luego fue absuelto. Por su lado, Frutos tiene apoyo del gobernador Felipe Solá y fue conocido tras la masacre del Puente Avellaneda, cuando escribió una carta pública en la que criticó a Duhalde.
Por su lado, Casafús quedó encolumnado entre los destacables, tras su explosivo paso por el caso García Belsunce, en el que quedó sospechado de haber interceptado un patrullero que se dirigía hacia el country, cumpliendo un pedido de Horacio García Belsunce de “sacame la policía de encima”.
Según reveló a este diario un experimentado comisario ya retirado, la cúpula de la Bonaerense “es maleable para el poder político, salvo dos casos de peso propio”. De este modo, y en un claro afán preventivo, la plana mayor de la Bonaerense quedó cerrada doce días antes de las elecciones.