Un tribunal porteño deberá determinar si el edificio que se levanta en la avenida Cruz, a la altura de Escalada, es un hospital –como lo estableció una norma sancionada en 1986– o un centro de atención ambulatoria, como aseguran los vecinos de Villa Lugano. Es que lo que hoy funciona en un predio cercano al Parque de la Ciudad es un centro de salud que sólo consta de consultorios externos, cierra a las 18, no tiene guardia ni ambulancia y tampoco abre sábados, domingos o feriados. Para dilucidar el interrogante, la jueza en lo contencioso, administrativo y tributario Elena Liberatori citó para hoy a funcionarios del gobierno porteño y a las organizaciones vecinales denunciantes.

La construcción de un hospital en el barrio es un antiguo reclamo de vecinos de Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo, los de mayor crecimiento poblacional de la ciudad, donde hoy habitan unas 200 mil personas. Para acceder a los hospitales más cercanos –el Santojanni, en Mataderos, o el Piñero, en el Bajo Flores–, los vecinos deben recorrer hasta cincuenta cuadras.

La demanda vecinal se concretó en una ordenanza sancionada en 1986, durante la intendencia de Facundo Suárez Lastra. La norma obligaba al Estado a construir un hospital general de agudos. La obra no se inició, pero casi veinte años después, en 2005, la Legislatura sancionó la ley 1769, que establecía el mismo objetivo. Ese mismo año, los vecinos nucleados en la Coordinadora Multisectorial Sudoeste presentaron un recurso de amparo que la jueza Liberatori resolvió a su favor: ordenó al Gobierno de la Ciudad a construir el hospital como lo establecía la ley.

La obra recién empezó en 2006, cuando la gestión de Jorge Telerman resolvió ejecutar la primera de tres etapas. Esa obra se terminó en 2009: unos 35 consultorios que fueron inaugurados por Mauricio Macri, en junio de ese año. Pero todo quedó allí. Por eso, ahora los vecinos volvieron a presentarse ante la jueza, para denunciar el incumplimiento de la sentencia.

Es por eso que ahora la jueza Liberatori convocó a funcionarios del Ejecutivo porteño para constatar si la construcción existente puede considerarse un hospital o aún resta avanzar con la construcción. La cita es a las 12 en los tribunales de Avenida de Mayo 654. Allí también fueron convocados los integrantes de la Comisión de Salud de la Legislatura, funcionarios de la Corporación Buenos Aires Sur, la Asesoría Tutelar de Menores –también denunciante en la causa– y los vecinos que iniciaron la demanda.

El reclamo de los vecinos, que comenzó en 1985, nunca se detuvo. En 1996 impulsaron un petitorio que llegaron a firmar Aníbal Ibarra y Nilda Garré. Y en 2003 lograron reunir las firmas necesarias para que se convoque a la primera Audiencia Pública de Requisitoria Ciudadana, prevista en la Constitución de la Ciudad. Esa audiencia fue presidida por el ministro de Salud, Jorge Stern. Luego obtuvieron la primera sentencia favorable de Liberatori y la sanción de la ley, que establecía la ubicación del hospital en un sector del Parque de la Ciudad.

“Macri hizo su campaña en Villa Lugano con la promesa de la construcción del hospital en el barrio, con ocho quirófanos, 240 camas de internación y 25 de terapia intensiva”, recuerda Nicolás Tauber, el abogado que, junto a Patricio Gaynor, patrocina a los vecinos. “Si se quiere, se puede”, decían los carteles de propaganda, en 2003.

La obra que empezó la gestión de Telerman, a cargo de la constructora de Nicolás Caputo –un amigo del actual jefe de Gobierno–, quedó paralizada en los primeros años de gestión y se retomó, para su inauguración en otra campaña electoral, para las legislativas de 2009.

Hoy, Tauber presentará ante la jueza Liberatori la documentación que respalda la posición de los vecinos: “El ministro de Salud de Telerman, Alberto de Micheli, presentó en diciembre de 2006 un plan médico que preveía la construcción de un hospital general de agudos de mediana complejidad, a construirse en tres etapas o módulos”, dijo el abogado a Página/12. De ese proyecto, solo se construyó el primer módulo, asignado a consultorios externos.

Este diario llegó ayer al hospital de Lugano a las 18.15. Estaba cerrado. Dos empleados que se retiraban explicaron que el horario de atención al público es de lunes a viernes a partir de las 8. A esa hora se abren las rejas para que ingrese la gente que espera a la intemperie por un turno. Allí no hay servicio de guardia ni de ambulancias. “Ni siquiera se aplican vacunas, porque el edificio no cuenta con grupo electrógeno –precisó Tauber–, por lo cual ni siquiera cumple la función de un centro de salud.” En la audiencia de hoy, cada parte fijará su posición respecto de si el Centro de Salud Integral Cecilia Grierson cumple la función de un hospital o es un conjunto de consultorios. Luego, Liberatori deberá resolver si intima al gobierno a avanzar con las obras o acepta los argumentos de que lo construido allí satisface el cumplimiento de la ley y la demanda de la población.

También deberá decidir si aplica sanciones económicas a Macri y su ministro de Salud, Jorge Lemus, por los incumplimientos. Ya lo había hecho en 2009, con una sanción diaria de 100 pesos que luego fue que revocada.