Jueves, 24 de enero de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › PáGINA/12 PEDALEó 18 KILóMETROS DESDE MAR DEL PLATA Y CUENTA EL RESULTADO DEL RECORRIDO
Es casi una ruta paralela, asfaltada, que se extiende desde Parque Camet hasta el partido de Mar Chiquita. En el trayecto hay estaciones saludables y playas aptas para refrescarse. Aquí, sugerencias para el camino.
Por Emilio Ruchansky
Desde Mar del Plata
Tan solo 18 kilómetros separan a Mar del Plata de Santa Clara del Mar y se los puede recorrer, de forma apacible, en bicicleta. El trayecto incluye siempre vista al mar y un puñado de playas nuevas sobre el norte de la ciudad, otras tantas rocosas a medio camino y al final las concurridas costas de Santa Clara, en el partido de Mar Chiquita. Once kilómetros del recorrido están pavimentados y conforman una bicisenda separada de la Ruta 11 con cinco estaciones saludables, con equipamientos para elongar y descansar, si es preciso. Lo demás depende de la previsión, la buena voluntad de piernas y de la cautela para conducir alrededor de 7 kilómetros por la rambla, esquivando a otros turistas o directamente por las avenidas hasta dar con la ciclovía, que comienza en Parque Camet.
A media cuadra de la avenida Colón, en Hipólito Yrigoyen 2249, frente a la Plaza Mitre está Madrid, una de las dos bicicleterías que alquilan rodados. La otra se llama Mármora y está del otro lado de la plaza, en San Luis 2324. En Madrid cobran por hora 25 pesos, tres horas 60 y seis 80. El día sale 100 y corre dentro de lo que son los horarios de Madrid: 9.30 a 20.30. Lo más conveniente es rentar no bien abre la tienda para evitar que se levanten vientos fuertes, lo que suele ocurrir pasado el mediodía, y probar el rodado aunque sea unos metros para no padecer dolores de espalda.
Por tratarse de un viaje con nada de sombra, hacen realmente falta el protector solar y algún sombrero o gorra. Y un detalle nada menor: llevar una botella grande de agua congelada para el trayecto. Se recomiendan los anteojos de sol y, claro, la malla para el merecido chapuzón a medio camino o al final.
Las primeras doce cuadras, yendo por Hipólito Yrigoyen, que es mano hacia la costa, son bastante transitadas y conservan algo de sombra aún. Al llegar al mar se debe girar hacia la izquierda tomando la avenida Patricio Peralta Ramos, que luego se transforma en República de la India. Si se opta por ir por el carril más cercano a la rambla, separada del rápido por un boulevard, es preciso mantener cierta distancia con los autos estacionados para prevenir choques o frenadas, cuando un conductor o pasajero distraído abre la puerta.
A los pocos minutos aparece a la izquierda el gran edificio del Instituto Unzué y se entra en pleno Acceso Norte, donde el tránsito se robustece con quienes abandonan la ciudad. Al llegar a la avenida Constitución, por donde salen y entran los visitantes, un enorme cartel azul indica que si se sigue derecho aparecerán Parque Camet y más adelante Santa Clara. El cartel también sirve de referencia para las nuevas playas, 2,5 kilómetros con cinco accesos públicos y un solo balneario, Costa del Sol. El panorama sobre el mar está dominado por tres enormes espigones en forma de T, que posibilitan los estancos de arena.
Estas nuevas playas, aunque no tienen servicios, se localizan cerca de surtidores de combustible. Pasada la rotonda del cruce con Constitución, donde hay un pequeño mirador sobre la rambla, disminuye el tránsito y la avenida se llama Félix Camet. Ya no se ven edificios, solo casas de dos o tres pisos, la mayoría recién pintadas. La rambla, por momentos, se angosta y al final de las tres T aparecen los acantilados bajos, recubiertos de plantas. Antes de llegar al Parque Camet surge, entre los cardos y los pastizales, lo que podría considerarse como la última playa al norte de Mar del Plata.
Lo que sigue es un puente y luego el Museo de las Telecomunicaciones, donde se bifurca el camino. A la derecha está la Ruta 11, a la izquierda sigue un camino que tiene una senda con listones pintados de amarillo que preambulan la bicisenda, que empieza cien metros después. Un cartel da la bienvenida al asfalto, al costado hay una pequeña casilla de venta de carnada. La primera de las cinco estaciones saludables está cerca de la entrada, la siguiente casi a tres kilómetros. En el medio, la senda es siempre horizontal y por momentos zigzaguea entre el pasto.
Las únicas bajadas y subidas son cortas y están en los desagües pluviales. Al costado se ven acantilados bajos, que promedian los 15 metros. Más adelante se abren playas aprovechadas por los vecinos. Pasado el barrio Atlántida hay varias y una de ellas es particularmente atractiva por la extensión y el marco de los acantilados: la del barrio parque Peña. Más adelante aparecen pequeñas playas rocosas que, como las anteriores, tienen casilla de salvavidas y también lugares para almorzar frente al mar, si el ciclista se rindió llegada la tercera parada, faltando menos de 4 kilómetros para Santa Clara.
Detrás, Mar del Plata parece una finísima escollera con edificios. Delante, viene la última estación, a solo 600 metros de llegar a Santa Clara del Mar. Si se dobla a la izquierda, tras el cartel de finalización, se llega a una pequeña playa pública, frente a los comercios del lugar. Si manda más el hambre que las ganas de refrescarse en el mar, y se sigue dos cuadras por la costa, al girar a la izquierda se sale al centro, donde hay más restaurantes. Por la tarde, cuando baja el sol y la temperatura, la vuelta se hace menos sacrificada. Y hasta puede que el viento sea favorable.
Para quienes quedaron exhaustos hay una posibilidad en la estación de micros del lugar, emplazada transitoriamente en la plaza central. Conviene negociar directamente con quienes cargan el equipaje y con paciencia se puede lograr viajar hasta la terminal de Mar del Plata y volver a las bicicleterías por la avenida Luro hasta cruzar San Luis, que es mano a Plaza Mitre. En este caso, podrá decir, sin exagerar, que pedaleó casi 20 kilómetros.
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