Miércoles, 3 de abril de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › EL SENADO APROBó EL MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO
Con 23 votos de un total de 31, los senadores uruguayos aprobaron el matrimonio igualitario, que ahora deberá volver a la Cámara de Diputados, donde se descuenta su ratificación. La iniciativa es impulsada por el oficialismo, sumó votos de legisladores opositores.
El Senado uruguayo aprobó, por 23 votos sobre 31 y tras un debate de más de siete horas, el proyecto que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque la iniciativa debe volver a la Cámara de Diputados para su ratificación como ley, que fuentes parlamentarias estiman que se concretará en las próximas semanas. La iniciativa de la coalición de Gobierno Frente Amplio, que es mayoría en ambas Cámaras, quedó a un paso de ser ley con votos que provinieron no sólo de su bancada, sino también de los otros dos partidos con representación en el Senado: el Nacional y el Colorado, ambos de la oposición.
El primer artículo del proyecto señala que la institución del matrimonio “implicará la unión de dos contrayentes, cualquiera sea la identidad de género u orientación sexual de éstos, en los mismos términos, con iguales efectos y formas de disolución que establece hasta el presente el Código Civil”.
En una sesión que contó con público en las tribunas del Parlamento desde antes de las 10, entre ellas la presidenta del Frente Amplio y senadora en uso de licencia Mónica Xavier, los legisladores mostraron argumentos y razones de todo tipo para apoyar y rechazar la iniciativa hasta la votación, a las 17.
Un discurso que cosechó muchos aplausos fue el de Constanza Moreira, del oficialismo, quien dijo que celebraría votar “un proyecto raro desde el punto de vista de su origen y el procedimiento por el que llega, porque la mayor parte de los proyectos aprobados en el Parlamento son los proyectos que vienen del Poder Ejecutivo”. “El origen de este proyecto emana de la sociedad civil –siguió–. Estos proyectos que emanan de la sociedad civil y que llegan al Parlamento ponen de relieve que este lugar no es solamente un lugar donde se legisla según la iniciativa del gobierno, sino que se legisla de acuerdo con el interés de la gente.”
Otra exposición de gran aceptación fue la del legislador del Partido Nacional Luis Alberto Heber, quien antes de anunciar su voto positivo afirmó que “no hay una sola familia. Hay muchas familias en nuestra sociedad. No podemos descalificar a otros tipos de familias”.
Varios senadores se retiraron de sus bancas al momento de la votación y dieron paso a sus respectivos suplentes, tal como habilita la legislación uruguaya, entre ellos el frenteamplista Carlos Baraibar y del opositor Pedro Bordaberry.
El suplente de Xavier, Eduardo Fernández, calificó al proyecto como “revolucionario”, por considerar que “corre un manto contra la discriminación”.
El primer orador de la sesión fue Rafael Michelini, del Frente Amplio, y dijo al respecto: “Por supuesto, no puedo compararlo con terminar de abolir la esclavitud, porque fueron luchas que llevaron cientos de años, pero a los efectos de la persona que adquiere derechos, ¿no es un sentido de liberación?” El legislador defendió además el derecho de las parejas homosexuales de adoptar niños, otro de los puntos del proyecto, y dijo que lo importante no es tener un padre ni una madre, sino “recibir amor”.
Otro orador, Francisco Gallinal, dijo que su partido, el Nacional, “actúa con la más amplia libertad de opinión, de opción y de voto”, por lo que algunos de sus legisladores apoyaban la iniciativa y otros votaban en contra.
Entre los críticos estuvo el ex presidente Luis Alberto Lacalle, también del Nacional, para quien “no es conveniente” que parejas de homosexuales puedan adoptar niños y “el matrimonio igualitario vacía la palabra matrimonio”. Sin embargo, su compañero de bancada y precandidato presidencial Jorge Larrañaga expresó que el matrimonio igualitario reconoce derechos y no afecta derechos de nadie. Según este legislador, el matrimonio igualitario construirá “un nuevo paradigma: el de la libertad, donde reconocemos que todos tenemos los mismos derechos no por ser iguales sino por ser distintos”.
Entre los blancos, Carlos Moreira fue enfático al recalcar: “No creo que las uniones homosexuales deban tener el mismo estatuto que el matrimonio tradicional”. Otro senador opositor, Ope Pasquet, del Partido Colorado, se pronunció a favor de la iniciativa y mostró la transversalidad del proyecto. “En varios países ya se ha aceptado y en muchos otros está en proceso de serlo”, afirmó, y resaltó el “cambio de actitud” de la sociedad uruguaya.
Esta norma había logrado media sanción en 2012, pero en diciembre de ese año se decidió posponer la aprobación hasta la primera sesión de 2013, ya que los bloques opositores solicitaron más tiempo para su estudio, ya que además incluye otras modificaciones al Código Civil.
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