El maquinista del tren que descarriló poco antes de llegar a Santiago de Compostela se encuentra detenido, imputado por “imprudencia temeraria”. A dos días del accidente en el que fallecieron al menos 78 personas, lo confirmó el jefe superior de la policía de Galicia, el comisario Jaime Iglesias, quien detalló que el motorman José Francisco Garzón Amo se encuentra detenido desde el jueves a la noche. Ayer, tras hablar con su abogado, el conductor se negó a declarar. A las transcripciones de la caja negra de la cabina dadas a conocer el jueves, ayer el diario español El País sumó fuentes que aseguran que Garzón Amo “frenó demasiado tarde”. Sin embargo, fuentes del Tribunal Superior de Justicia gallego señalaron que el conductor aún “no ha pasado a disposición judicial” y la investigación está en curso. Ayer por la mañana, el servicio ferroviario fue restablecido en el sector donde ocurrió la tragedia.

Las consecuencias del accidente, las historias de rescates y de las víctimas seguían conmocionando ayer a ciudadanos y autoridades españoles, algunas de las cuales, como el príncipe Felipe y la princesa Letizia, se encontraron con los familiares de los heridos y los muertos, además de recorrer el lugar de la tragedia. Entre los heridos, se cuenta una argentina de 63 años, que se encontraba en España de vacaciones. El Movimiento Argentinos en el Exterior informó que la mujer, Estrella Legaz Bursut, se encuentra internada en un hospital de Pontevedra.

En conferencia de prensa, el jefe policial Iglesias explicó que al maquinista Garzón Amo “se le han leído los derechos y se le imputa un hecho delictivo, vinculado al accidente”, por lo que ayer mismo se había anunciado una indagatoria al ferroviario, aún internado en el hospital de Santiago con heridas leves. Sin embargo, el conductor se negó a declarar.

“El maquinista llevaba un exceso de velocidad de 110 kilómetros por hora. Los sistemas de alerta de la vía férrea saltaron al detectar que Francisco José Garzón Amo (...) circulaba a 190 km/h, cuando no debía superar los 80”, informó El País. Cuando la alarma del tablero se encendió, “él intentó frenar, sin poder evitar la tragedia”. El tren descarriló al entrar en una curva muy cerrada, conocida como A Grandeira, a cuatro kilómetros de distancia de la estación de Santiago de Compostela. De acuerdo con las transcripciones que trascendieron del contenido de la caja negra, al intentar frenar, el maquinista dijo: “¡Voy a 190! Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia”. Garzón Amo tiene 30 años de experiencia en la empresa ferroviaria Renfe, conducía trenes desde 2003 y trabajaba en esta ruta desde hacía un año. El diario asegura que en la grabación de la caja negra, después del desastre, Garzón Amo dice: “¡La he jodido!”.

Renfe evitó hacer declaraciones hasta tanto no avance la investigación. El jueves, el secretario de Estado de Transportes, Rafael Catalá, había apuntado al exceso de velocidad.

Ayer continuaba el proceso de identificación de las víctimas fatales, cuyo número fue rectificado a la baja, de 80 a 78, cinco de los cuales aún no han sido identificados. Fuentes judiciales explicaron que los voceros aún inspeccionan “restos humanos” que podrían pertenecer hasta a tres personas diferentes. La mayoría de los fallecidos era de origen español, pero también se identificaron los cuerpos de cinco extranjeros, provenientes de Venezuela, Argelia, Estados Unidos, Brasil y México. Una de esas personas, la mexicana Yolanda Delfín Ortega, era hija de un alto funcionario de Veracruz. Por otra parte, una alta funcionaria dominicana que viajaba en el tren permanece “desaparecida”. El comisario general de la policía científica, Antonio del Amo, informó que las víctimas fatales que permanecen NN no pueden ser identificados dactilarmente, por lo que se aplicarán otras técnicas. Además, explicó que no puede estimar una fecha de finalización de los trabajos, “el tiempo es secundario, ya que esta es una labor compleja”.

A última hora de ayer, el Movimiento Argentinos en el Exterior confirmó que entre los heridos se halla la argentina Estrella Legaz Bursut, de 63 años. Legaz Bursut reside en Buenos Aires, pero estaba de vacaciones en España. Apenas sucedido el descarrilamiento, fue llevada de gravedad al Hospital del Salnes, donde fue operada; ayer fue trasladada al Hospital de Montecelo de la ciudad de Pontevedra, donde se encontraba alojada en la Unidad de Atención Intensiva. En un comunicado, el Movimiento informó que hoy realizará “una visita al Hospital con el fin de ponernos a disposición de Estrella y su familia”.

El vicepresidente del gobierno regional gallego, Alfonso Rueda, recordó que las cifras de fallecidos comunicadas el jueves seguían siendo “provisionales”. El número de muertos podría aumentar porque 31 de los 81 heridos hospitalizados, tres de ellos niños, se encuentran en estado crítico. Los familiares de las víctimas continuaban repartidas entre hoteles y residencias privadas, universitarias y religiosas. Durante todo el día, se realizaron concentraciones silenciosas, en señal de duelo, en la plaza del Obradoiro compostelana. Esta semana, Santiago de Compostela, lugar habitual de peregrinación religiosa, atravesaba el momento más concurrido de cada año: de acuerdo con la tradición católica, los peregrinos deben llegar a la catedral el 25 de julio, día del apóstol.

Ayer, Felipe y su esposa Letizia visitaron a los heridos y agradecieron a los vecinos de la zona del desastre por la ayuda solidaria. “España puede estar orgullosa de Galicia”, dijo.