Ayer, miles de personas se reunieron en el National Mall de Washington para participar de la Marcha por la vida, que cada 22 de enero se realiza en coincidencia con el aniversario del fallo Roe vs. Wade para reclamar que la interrupción del embarazo sea prohibida en Estados Unidos. La marcha de ayer tenía como lema proponer a las mujeres que cursan embarazos no deseados que consideren la adopción, en lugar del aborto. Desde su cuenta oficial en Twitter, el papa Francisco explicitó su apoyo al evento: “Rezo por la Marcha por la Vida en Washington. ¡Que Dios nos ayude a respetar siempre la vida, especialmente la de los más débiles!”.

El encuentro tuvo como orador al líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, quien anunció que la semana próxima el cuerpo votará una iniciativa para prohibir que se destinen fondos federales al aborto. Desde los jardines del Mall, cubiertos por una capa de nieve, los manifestantes recorrieron el centro de la ciudad para llegar frente al Tribunal Supremo. Portaban pancartas con leyendas como: “Somos abortistas del aborto”, “El aborto es asesinato”, “Deja vivir a tu bebé”, “Todo bebé merece nacer” o “Por la vida”. La consigna de la manifestación, sin embargo, era proponer la adopción como alternativa a la interrupción del embarazo. “La adopción es una decisión heroica para las mujeres embarazadas que se encuentran en una situación difícil”, aseguró en un comunicado la presidenta de la Marcha por la vida, Jeanne Monahan, quien agregó que buscaba luchar contra el “estigma de la adopción”. Otro legislador republicano, Chris Smith, dijo que su generación “acabará con el aborto”.