Sábado, 1 de marzo de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › ESCUELAS PORTEÑAS QUE SIGUEN EN OBRA A DIAS DEL COMIENZO DE CLASES
En Barracas, la Escuela República de Bolivia está plagada de escombros y materiales de construcción. En el Lenguas Vivas, de Palermo, aún no terminaron los cambios edilicios empezados hace pocos días. Ayer, una reunión de padres terminó en un abrazo simbólico.
A cinco días del inicio oficial de las clases en la Ciudad de Buenos Aires, en algunas escuelas, autoridades, padres y chicos todavía no saben si podrán comenzar el año lectivo el miércoles 5, tal como está estipulado. En Barracas, ayer los directivos de la Escuela Nº 1 del Distrito 5º, República de Bolivia, advirtieron a los padres que posiblemente ese día, el primero hábil tras los feriados de Carnaval, podría no haber actividad escolar porque, desde diciembre, la escuela, que ya estaba falta de mantenimiento, está plagada de escombros y materiales de construcción. “Al patio lo usan como obrador, la instalación eléctrica está desarmada y hay sólo un tubo de luz en cada aula”, informó a este diario Pablo Francisco, delegado de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) en el distrito, quien resumió el paisaje como “un contexto de destrucción”. Aunque padres y directivos lo pidieron, en el lugar no se presentaron ni el director de Infraestructura Escolar ni el subsecretario de Gestión Económica y Financiera del Ministerio de Educación, quienes sí se acercaron a otras escuelas en estas semanas.
En tanto, en la otra punta de la ciudad, en Palermo, madres y padres de la Escuela Normal Superior de Lenguas Vivas Sofía Broquen de Spangerberg, el Lengüitas, realizaron un abrazo simbólico al establecimiento luego de reunirse con las autoridades, en lo que debía ser el tradicional encuentro previo al inicio de clases y terminó convirtiéndose, contó una madre a Página/12, en “una interpelación”. En el Lengüitas aún no terminaron de realizarse modificaciones edilicias empezadas hace menos de una semana y que, al no contar con planos, carecen de la autorización de bomberos y de la Dirección de Mitigación de Riesgos.
En la escuela República de Bolivia, las obras comenzaron en diciembre pasado, cuando las autoridades fueron informadas de que se techaría uno de los patios y que se haría mantenimiento general al edificio, al que concurren alrededor de 500 chicos en jornada completa. A mediados de febrero, al momento de reincorporarse, docentes y administrativos hallaron un edificio completamente “en contexto de destrucción”, contó el delegado Pablo Francisco. “Uno de los patios está convertido en un obrador. La instalación eléctrica está desarmada, hay un tubo de luz en cada aula, la cocina es un desastre. Hoy (por ayer) la limpiaron, pero era un pequeño obrador con herramientas, escombros y faltaban elementos de los que se usan habitualmente. Recién ayer (por el jueves) sacaron el andamio que había en medio del comedor. Al principio, cuando se reincorporaron los compañeros, había suciedad de todo tipo por todas partes. Unas compañeras encontraron hasta preservativos tirados”, agregó Francisco. Entre mediados de febrero y ayer, los alumnos que debieron rendir materias adeudadas para pasar de grado lo hicieron “en un aula provisoria, y estuvieron juntos todos los chicos de cinco grados distintos”, porque no había otro espacio disponible.
La escuela, ubicada en Barracas, tiene problemas por falta de mobiliario desde el año pasado. “Es una escuela en la que hay aulas con muchos chicos, entre 28 y 30 por grado. Por eso no alcanza el mobiliario. El año pasado, el Gobierno de la Ciudad mandó las estructuras para armar mesas, con la promesa de mandar después las tablas y armarlas. Nunca lo hicieron. Esas patas sin completar quedaron herrumbradas en la balconada que tiene el edificio. Siguen ahí”, contó Francisco.
El jueves, “los padres y los directivos pidieron que viniera un funcionario de la Ciudad, pero de primera línea no vino nadie”, dijo Francisco y agregó que ayer por la tarde concurrieron técnicos del gobierno porteño para evaluar el riesgo del edificio “pero no quisieron hacer el informe, se fueron sin darnos nada firmado”. Por eso, “el miércoles a las 7.30 de la mañana, si no está terminada y si no hay ningún funcionario que se haga presente y se haga cargo en un acta por escrito de las condiciones edilicias, se va a avisar a la comunidad las condiciones de la escuela y se va a explicar por qué no empiezan las clases”.
En Palermo, la reunión de madres y padres con directivos y docentes previa a las clases se dedicó por entero a preguntas sobre las condiciones edilicias y los problemas de espacio, luego de que la resistencia de la comunidad educativa decidiera al subsecretario Regazzoni a desistir de usar aulas modulares para el jardín de infantes. “Como en la escuela normalmente había 200 vacantes para inicial y este año se asignaron 328, los problemas de espacio se notan”, recordó María Fernanda, madre de un alumno de 6º. “El gobierno encaró remodelaciones improvisadas 10 días antes del comienzo de clases. Todavía no hay planos, no está habilitado, están los obreros trabajando. No sabemos si van a terminar para el miércoles.”
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