Sábado, 31 de enero de 2015 | Hoy
SOCIEDAD › EL MINISTERIO DE JUSTICIA OFRECIO RECOMPENSA POR INFORMACION
Familiares y amigos de Matías Berardi reclamaron que sea capturado nuevamente su asesino, que sigue fugado. El Ministerio de Justicia ofreció 200.000 pesos por datos sobre el fugitivo, que habría robado en un country de Cañuelas el lunes.
Al caer la tarde, familiares y amigos de Matías Berardi, el joven secuestrado y asesinado en 2010 en Campana, se concentraron en el Obelisco para reclamar la recaptura de Gabriel “Larry” Figueroa, el asesino condenado por el caso que escapó del penal de Marcos Paz el fin de semana pasado. En el lugar, también reclamaban los familiares de Maximiliano Leguizamón, un niño de nueve años asesinado por Figueroa en 2002, en Los Polvorines. “Que lo atrapen lo antes posible, que no cause más daño. Ya nos hizo el peor daño posible y no queremos que lo siga haciendo”, dijo María
Inés Daverio, madre de Matías, al tiempo que sostenía una foto de Figueroa, para colaborar con la búsqueda. Por Figueroa, a quien fuentes policiales consideran sospechoso de un asalto cometido en un country de Cañuelas el lunes pasado, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación dispuso una recompensa de 200.000 pesos para quien brinde datos fehacientes que permitan recapturar a Figueroa, condenado a prisión perpetua por el secuestro y asesinato de Berardi.
De acuerdo con fuentes policiales, Figueroa y otro hombre evadido del penal, Luciano Javier Campos, asaltaron a una pareja en un country de Cañuelas y la llevaron cautiva hasta el partido de La Matanza, donde la liberaron cinco horas después, tras robarle dinero y una camioneta. El episodio habría comenzado alrededor de las 2 del lunes pasado, cuando Figueroa y Campos irrumpieron en la casa que Juan Eduardo Goya y su novia comparten en el country Las Cañuelas. Las víctimas contaron que los asaltantes los amenazaron con un objeto punzante, les dijeron que se habían fugado de la cárcel y que no les harían daño porque sólo querían ropa para cambiarse. Los fugados permanecieron en la casa hasta las 7 de la mañana, cuando obligaron a la pareja a subir a su camioneta Ford Ranger para ayudarlos a salir del country sin ser detectados por la seguridad. De acuerdo con los voceros, los hombres huyeron hacia González Catán, en La Matanza.
En la manifestación ante el Obelisco, el padre de Leguizamón recordó que “cuando (Figueroa) asesina a mi hijo en 2002, era menor. Lo mandan a un Instituto de Menores en La Plata, se fuga y en todos esos años comete otro homicidio más y después, el de Matías. Si la Justicia no hubiera sido tan lenta. Matías estaría vivo”. Al lugar también concurrieron familiares de otras víctimas de inseguridad, como la filósofa Diana Cohen Agrest, cuyo hijo fue asesinado tras un robo en Caballito.
Los guardias del Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz descubrieron que Figueroa y Campos habían huido el domingo por la madrugada, mientras hacían el recuento de presos. Por la noche, después de cenar, los hombres habían sido trasladados al salón de usos múltiples de la Unidad. Allí, según informaron fuentes del Servicio Penitenciario Federal, habrían atravesado una ventana rota para llegar a un patio externo, desde el cual rompieron al menos cuatro cercos perimetrales, recorrieron entre 150 y 200 metros y alcanzaron la calle.
Por la fuga, se inició sumario administrativo a todos los guardias que se encontraban de servicio esa noche, aunque ninguno fue relevado de sus funciones.
Figueroa cumplía una condena a prisión perpetua por el secuestro y el asesinato de Berardi, pero también carga con una sentencia por el asesinato del pequeño Leguizamón y el de Germán “Pichi” Bustamante, cabecilla de una banda narco que fue baleado en una pelea territorial por la venta de drogas en las villas Korea, de San Martín, y Santa Rita, de San Isidro.
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