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Una niña de dos años y cinco meses llegó muerta en brazos de su madre, de 22, al hospital Samic de Oberá, en Misiones. El cuerpo de la nena tenía lesiones en los brazos y el rostro que resultaron compatibles con ataques físicos, por lo cual fueron detenidos su madre y la pareja de la mujer. El jueves a las 6.30 de la mañana, la madre había llevado a la nena al centro médico, donde los médicos comprobaron que la pequeña ya no tenía signos vitales.

Los médicos detectaron escoriaciones y hematomas en el cuerpo de la niña y preguntaron a la madre sobre el origen de las heridas, que aparentaban ser compatibles con una golpiza. La mujer afirmó que la niña, que padecía un retraso madurativo y epilepsia, había caído al suelo. Los médicos desconfiaron de su versión y denunciaron el caso a la policía. Con sus informes, efectivos de la Comisaría de la Mujer, dependiente de la Unidad Regional II, comunicaron el caso al juez de instrucción de turno Horacio Alarcón, quien ordenó la detención inmediata de la mujer.

El juez también dispuso la aprehensión de la pareja de la mujer, un hombre de 30 años, quien no es padre de la niña, y que quedó alojado en una dependencia policial mientras se instruye la investigación.

El informe final de los médicos estableció que el cuerpo de la niña presentaba “múltiples hematomas y escoriaciones en diferentes partes del cuerpo, recientes y de larga data”. El juez Alarcón ordenó que los peritos forenses practiquen la autopsia al cuerpo de la niña.

De acuerdo con los registros del hospital, hasta hace unos meses, la madre de la nena convivía también con su madre, la abuela de la niña. Por entonces, llevaba periódicamente a la pequeña al lugar para realizarle controles por sus problemas crónicos de salud. Según testigos, dejó de llevar a la nena a los controles en la época en que comenzó a convivir con el hombre que ahora también se encuentra detenido.

El caso guarda semejanzas con el de Luciana Rodríguez, una nena de tres años que murió el año pasado, tras la golpiza que le dio su padrastro. Desde 2011, y hasta el momento en que la niña murió, familiares y vecinos habían presentado 16 denuncias por los maltratos que padecía Luciana, pero ni la policía ni la Justicia intervinieron. Algo similar sucedió con Priscila Lafuente, una nena de siete años a quien su madre y su padrastro mataron a golpes, para luego incinerarla parcialmente y arrojarla a un arroyo. También en ese caso los vecinos aseguraron que era habitual ver a la mujer golpeando y maltratando a la niña.

En 2010, en Argentina el 55 por ciento de las víctimas de violencia doméstica fueron menores de edad; de ellas, una de cada cuatro tenía menos de 5 años, de acuerdo con un informe del programa Las Víctimas contra Las Violencias, del Ministerio de Justicia de la Nación. Por su parte, entre septiembre de 2008 y junio de 2010, la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia recibió 11.355 denuncias por maltrato, que involucran a 14.883 personas. El 28 por ciento de las denuncias corresponde a casos de violencia ejercida contra niñas y niños menores de 18 años. El organismo reportó que en la provincia de Buenos Aires se radican alrededor de 200 denuncias por maltrato infantil cada año.