SOCIEDAD
Irlanda rechazó endurecer las leyes antiabortistas
Por una diferencia de menos del 1 por ciento, el electorado irlandés rechazó en un referéndum la modificación propuesta por el gobierno conservador para restringir más aún las ya duras leyes antiabortistas.
Por Rosie Cowan *
Desde Belfast
La república de Irlanda ayer rechazó una propuesta del gobierno de endurecer la ya estricta regulación antiabortista del país por el más ajustado margen: menos del 1 por ciento, es decir 10.500 votos. Un total de 618.485 personas (49,5 por ciento) votaron a favor y 629.041 (50,4 por ciento) se opusieron a una enmienda constitucional que hubiera garantizado que una mujer no podría hacerse un aborto en Irlanda en caso de un embarazo no deseado, aun si eso la volcaba hacia el suicidio. El objetivo de la reforma era eliminar como antecedente un fallo de la Suprema Corte de 1992, según el cual una chica de 14 años que intentó suicidarse tras quedar embarazada por una violación podía realizarse un aborto.
Bertie Ahern, el primer ministro irlandés, que tenía el apoyo de la Iglesia Católica por su fuerte oposición personal al aborto, admitió que estaba desilusionado. Este es el segundo referéndum en un año en que el gobierno sale derrotado: los irlandeses rechazaron los planes del tratado de Niza para la ampliación de la Unión Europea en junio pasado. Además, llega cuando se preparan para la elección general en mayo próximo. Pero Ahern insistió en que el ajustado resultado refleja el amplio espectro de opinión sobre un tema muy contencioso, para el cual no existe una respuesta simple, sugiriendo que no va a correr a legislar sobre el aborto si es reelecto.
Se estima que 7000 mujeres irlandesas viajan a Inglaterra todos los años para abortar. El lobby pro elección acusó al gobierno de hipocresía al exportar un problema que no desea enfrentar. El nivel de votación fue bajo, alrededor del 45 por ciento, y la gran división urbano/rural se mostró como un espejo del enfrentamiento liberales/conservadores: la mayoría de los dublinenses votaron contra la enmienda y los electorados de muchas zonas rurales se inclinaron masivamente por el sí.
La contienda también reflejó la confusión que rodea a la propuesta, y la división en el campo pro-vida, en que algunos representantes de la ultra derecha, especialmente Dana –la ganadora de Eurovisión convertida en miembro del parlamento–, apareció declarando que el gobierno no hacía lo suficiente para proteger la vida desde el momento de la fertilización. Dana (Rosemary Scallon) dijo ayer que el referéndum no debería leerse como una derrota del lobby pro-vida. “De ninguna manera puede interpretarse el voto por el No como un pedido de leyes de aborto más liberales –dijo–. La redacción delreferéndum estaba llena de errores”.
Los grupos pro-elección dijeron ayer que estaban aliviados porque la enmienda había sido rechazada y señalaron que existe un fuerte deseo del público, advertido en las recientes encuestas de opinión, de una legislación clara. Pero en términos prácticos, el resultado del referéndum no hará diferencia.
Aunque tras el fallo de la Corte de 1992 no se dictaron leyes en ese sentido, Ahern quería asegurarse de que el caso no se usara para liberalizar las duras leyes antiabortistas del país. Los médicos irlandeses sólo pueden interrumpir un embarazo si la vida de la mujer está en peligro inmediato. El aborto no se permite en casos de violación, incesto o anormalidades del feto.
Las mujeres irlandeses se han realizado abortos en Inglaterra durante décadas, pero sólo se volvió legal para los servicios de asesoramiento en salud reproductiva dar información sobre el aborto a partir de 1995. Nada de esto hubiese cambiado con el referéndum.
Michael Noonan, líder de la principal oposición, el partido Fine Gael -que estaba contra la enmienda, al igual que los laboristas, los verdes y Sinn Fein–, admitió que la opinión pública estaba dividida pero dijo que el gobierno debe enfrentar la cuestión del aborto con legislación.
* De The Guardian, especial para Página/12.