SOCIEDAD › EL SáBADO LOS VECINOS ORGANIZARáN UN CANDOMBE CONTRA LAS REJAS

El Lezama tendrá su murga

Tras la mediación judicial, que interrumpió la obra de enrejado ordenada por el gobierno de Macri alrededor del Parque Lezama, los vecinos planean actividades para impedir la colocación. Para este sábado organizaron una murga en el propio parque.

Las rejas amarillas de obra rodean el Parque Lezama, pero los vecinos entran igual. Los caminos de concreto en el interior de la plaza son un desfile de parejas en sandalias que cargan con termos y nenes. En la decena de mesas de ajedrez que asoman por la esquina de Brasil y Paseo Colón hay competencia, chicanas y risas. Sobre el anfiteatro, el único espacio que no se encuentra cercado, cuatro chicos con camisetas de fútbol distintas pelotean sin arcos y unos diez integrantes de la Asamblea de Vecinos en Defensa del Parque Lezama los miran mientras toman mate. La idea de la mateada es visibilizar las denuncias por la lentitud en el avance de las obras del predio y, en especial, el disconformismo por el emplazamiento de rejas. Sin embargo, la audiencia de mediación del viernes pasado entre el Gobierno de la Ciudad y los vecinos, en la que se decidió la suspensión provisoria de los trabajos, transformó la actividad en un espacio de discusión sobre los siguientes pasos del reclamo hasta la próxima reunión con las autoridades, el lunes 23.

“Durante la reunión planteamos todos los problemas y negligencias que tienen las obras de puesta en valor. Estaban pensadas para hacerse en un término de cinco meses, pero están demoradas y se realizan mal. Esto hace que el parque esté cerrado, a oscuras, y no haya seguridad”, cuenta a Página/12 Mauricio García, uno de los integrantes de la asamblea.

García remarca que una de las mayores preocupaciones son las obras de enrejado, que no estaban incluidas en el proyecto de licitación de 2013. En el plan de obra presentado por el gobierno porteño en 2012 se contemplaba la colocación de rejas (aunque ni siquiera coinciden con las que empezó a colocar ahora entre gallos y medianoches). La idea de enrejado derivó en una fuerte movilización de los vecinos en contra que terminó en 2013 en un acuerdo de palabra con el entonces ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, quien les aseguró que el enrejado no se iba a realizar.

Este compromiso se rompió cuando con la nueva gestión de Espacios Públicos, encabezada por Patricio Di Stéfano, el martes pasado comenzaron a instalar las rejas al interior del parque. Este giro en las decisiones provocó que los vecinos de la Comuna 1 retomaran las asambleas.

“En 1997, el parque fue declarado Monumento Histórico Nacional. Para realizar modificaciones es necesario hacer una consulta a la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que nunca aprobó las rejas. En la reunión, las autoridades nos dijeron que tenían la autorización y la iban a mostrar el 23”, dice descreído García. Antes de la suspensión provisoria de las obras, el presidente de la Comisión de Museos, Jaime Sorín, advirtió que el organismo no autorizó el enrejado.

Los trabajos para la puesta en valor del parque, que comenzaron en junio del año pasado, incluyen el parquizado, la renovación de solados y veredas, la remoción de veinte unidades de distintas especies arbóreas y la remodelación de baños, rampas de acceso y juegos para los chicos, asegura el asambleísta. Sin embargo, pasados más de ocho meses, las veredas y los caminos internos siguen levantados, el pasto está crecido y los materiales de construcción se encuentran al alcance de cualquiera.

“La obra no fue realizada por etapas, por lo que la plaza está completamente cerrada. Hay negligencias porque hay cables atados a los árboles, se hacen y deshacen las mismas obras todo el tiempo porque se realizan mal y se remueven cada vez más árboles que están sanos”, asegura García.

Según sostiene, “no estamos de acuerdo con las rejas porque limitan un espacio público al que se debería tener acceso en cualquier horario. Las rejas, además, no garantizan seguridad o el cuidado del espacio”. En este sentido, los integrantes de la asamblea realizarán una nueva asamblea en la calle Defensa y avenida Martín García el próximo miércoles a las 18. Además, organizarán un festival con bandas y murgas el sábado 21 a las 16.

García comenta que “las rejas también dividen territorialmente un parque que conecta tres barrios. Por lo general, se lo asocia a San Telmo, pero también se acercan vecinos de Barracas y La Boca. Estas divisiones impiden realizar actividades que permitan conectarse con el otro, cortan lazos sociales de integración”.

“Muchos vecinos vivimos en departamentos muy chicos o conventillos llenos de gente. El parque es el patio trasero de nuestras casas, es la posibilidad de despejarnos y socializar al aire libre. En vacaciones, la mayoría la pasamos acá porque no tenemos plata para irnos a un country o a la playa. Hoy tampoco tenemos esta posibilidad”, agrega.

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Las rejas son motivo de nerviosismo entre los vecinos, que no están dispuestos a admitirlas.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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