Un joven de 21 años fue asesinado ayer de un balazo en el abdomen tras una pelea y un intenso tiroteo a la salida de un boliche en Monserrat, una zona en la que abundan los locales bailables. Por el crimen detuvieron a seis sospechosos que huían en un auto y, según la policía, llevaban un arma que se investiga si fue la utilizada. El SAME no llegó a intervenir, pero sí lo hizo un vecino, quien detuvo un taxi para trasladar al agredido al hospital, donde finalmente murió. La víctima, de nacionalidad paraguaya, aguardaba ser reconocida por sus familiares en la Morgue Judicial.

El hecho ocurrió en la madrugada de ayer, alrededor de las 5.30, frente al local nocturno Big Flow, situado en Piedras al 100 de la ciudad de Buenos Aires, cuyo frente cuenta con una persiana metálica y no hay carteles que identifiquen al establecimiento. Todo comenzó cuando dos grupos antagónicos de jóvenes salieron del boliche en el que habrían mantenido una pelea. Ya en la calle, las agresiones continuaron hasta que uno de los sujetos extrajo un arma de fuego y efectuó varios disparos, de los cuales uno impactó en el abdomen de la víctima, quien cayó al piso gravemente herido.

Según las fuentes, un hombre que salió de su casa vio al joven ensangrentado y detuvo un taxi en el que lo trasladó al Hospital Ramos Mejía, donde murió poco después como consecuencia de las lesiones sufridas en el ataque. Voceros del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) confirmaron que su personal no intervino en ningún operativo sanitario en el lugar de los hechos.

En tanto, los agresores, por un lado, y los amigos del joven muerto, por otro, escaparon en dos vehículos, aunque uniformados de la comisaría cuarta de la Federal fueron alertados de lo ocurrido por los propios vecinos del lugar que escucharon las detonaciones.

Enseguida, efectivos policiales detuvieron la marcha de un Peugeot 206 en la esquina de Chacabuco e Hipólito Yrigoyen, donde arrestaron a los seis ocupantes del vehículo, dos argentinos y cuatro peruanos, todos mayores de edad. En poder de los sospechosos se secuestró una pistola calibre 9 milímetros que se investiga si fue la utilizada para cometer el ataque.

Mientras, los peritos de la Unidad Criminalística Móvil, que trabajó en la escena del crimen, hallaron cinco vainas servidas y restos de un plomo que serán debidamente cotejados con el arma incautada para confirmar si fueron disparados por dicha pistola. También se analizaban las imágenes de las cámaras de seguridad en la zona donde ocurrió el tiroteo en busca de pistas sobre el otro grupo que participó de la pelea.

Por su parte, un vecino del barrio que se identificó como Santiago contó ayer a la prensa que él “estaba durmiendo” cuando lo despertaron entre “seis y siete tiros” y escuchó a un joven decirle a otro: “Subite, vamos”. “Uno de los disparos pegó en la vidriera de un local, donde para siempre un policía que está casi todas las noches, pero justo se había corrido”, relató el hombre, quien agregó que si bien los tiroteos no son habituales en la zona, “a veces hay peleas los viernes o sábados porque hay muchos boliches”, pero “nunca con este nivel de violencia”.

Al respecto, otro vecino, de nombre Juan, dijo que él ya está “acostumbrado” a que a la salida de los locales bailables del barrio haya discusiones y “trompadas”, pese a que “siempre hay patrulleros” que pasan por el lugar. “A veces se agarran a la salida y discuten, se empujan, se tiran trompadas; ya estoy acostumbrado a eso”, concluyó el hombre.

Hoy se aguardaba poder certificar la identidad del muchacho baleado, mediante el reconocimiento de sus familiares en la Morgue Judicial. El hecho, caratulado como “disparo de arma de fuego y lesiones seguidos de muerte”, es investigado por el juez porteño de Instrucción 30, Jorge López, y el personal de la Secretaría 164 a cargo de Ignacio Belderrain.