SOCIEDAD
El subte A, con remodelaciones y extensión hasta la avenida Nazca
Fue un anuncio a dúo entre Kirchner e Ibarra. La línea más antigua será modernizada: habrá cambios en las estaciones y los viejos vagones sólo funcionarán como atracción turística los fines de semana. Además, construirán cuatro nuevas estaciones.
El presidente de la Nación, Néstor Kirchner, y el jefe de Gobierno de la ciudad, Aníbal Ibarra, anunciaron ayer un proyecto de modernización de las estaciones y vías de la Línea A de subterráneos que se financiará mediante un crédito de ochenta millones de dólares otorgado por el Banco Mundial. El jefe de Gobierno anticipó además que, a partir del verano, comenzarán también obras de ampliación en la misma línea, desde la actual terminal en Primera Junta hasta la intersección de las avenidas Nazca y Rivadavia. Se construirán entonces cuatro nuevas estaciones: Puán, Carabobo, Flores y Nazca. La licitación se anunciará el próximo 12 de noviembre. Los trabajos para llevar a cabo la extensión se sustentarán con fondos propios de la ciudad.
Las obras en la Línea A de subterráneos contemplan entonces dos etapas. Un trabajo de nivelación de andenes, señalización, reemplazo de vías férreas y posterior colocación de nuevos vagones que se iniciará en diciembre próximo. A su vez, con una partida presupuestaria de la ciudad, prevista en 110 millones de pesos, se proyecta que este subte llegue hasta el barrio de Flores en un lapso de 42 meses.
Durante un acto realizado en el Salón Blanco de Casa de Gobierno, el jefe de Estado afirmó que estas obras son “un ejemplo de la voluntad que tiene el gobierno nacional en modernizar la economía. Combinando reconversión productiva con una fuerte inversión en obras públicas”. “Tenemos la voluntad de dinamizar la producción y terminar con el no se puede. Para ello es fundamental trabajar en conjunto con las administraciones locales”, señaló Kirchner.
Por su parte, Ibarra manifestó a Página/12 que estas tareas son parte de un proyecto más amplio destinado a “modernizar y agrandar” la red de subterráneos. “Estimamos que en diez años los porteños dispondrán de una red totalmente renovada, más amplia y con una equipamiento tecnológico de primer nivel”, aseguró. Asimismo, el jefe de Gobierno prometió que en 2006, la Línea H de subterráneos estará completada y cumplirá un trayecto que irá desde la estación central de Retiro hasta el barrio de Pompeya. “Ya construimos tres kilómetros debajo de la avenida Jujuy y llegamos hasta la estación Miserere. Los trabajos se realizan a más de 25 metros de profundidad. Y el año que viene licitaremos obras de ampliación en Línea B hasta la avenida Monroe”, precisó Ibarra.
La renovación de la Línea A comprende distintas etapas. Primero la renovación total de las instalaciones eléctricas y de las vías férreas, luego, el diseño de un nuevo sistema de control, y por último la señalización y la remodelación de las estaciones, cuyos pisos estarán al mismo nivel que las puertas de los nuevos vagones. “Ya no habrá que subir un escalón para abordar el subte”, explicó Edgardo Kutner, presidente de Subterráneos de Buenos Aires. Las viejas formaciones, diseñadas en madera y chapa, y que datan de 1913, funcionarán como reliquia histórica con fines turísticos durante los fines de semana.
Las obras destinadas a concretar esta modernización ya están adjudicadas. La firma Alston tendrá a su cargo el señalamiento. El reemplazo de la vías y la nivelación de las estaciones estarán a cargo de un emprendimiento conjunto entre Benito Roggio y Techint. La instalación eléctrica la efectuará la empresa Siemens. El crédito del Banco Mundial que financiará estos trabajos estaba previsto desde hace dos años. Pero ante la crisis económica, la administración del ex presidente Fernando de la Rúa optó por no tomarlo. El gobierno de Kirchner decidió incluirlo en el presupuesto nacional de 2003 y, en consecuencia, el organismo financiero internacional decidió destrabar el préstamo.
Inaugurada en 1913, la Línea A se convirtió en el primer subterráneo de América latina y, en aquel tiempo, significó toda una innovación tecnológica. “Hace mucho tiempo que un gobierno no invertía en la ampliación de su sistema de subterráneos. Este es uno de los objetivos prioritarios de nuestra gestión: construir una red cada vez más transversal y diversificada que esté al alcance de todos sus vecinos”, concluyó Ibarra.