SOCIEDAD
Campagnoli niega que los asaltos de Villa Urquiza sean un complot
El subsecretario de Seguridad se reunió con los vecinos del barrio aquejado por robos a comerciantes. Escuchó denuncias, pero dijo que los casos responden “a la media de la ciudad”.
Por Carlos Rodríguez
En un clima por momentos tenso, y con signos de escepticismo entre los vecinos, el subsecretario de Seguridad, José María Campagnoli, se instaló ayer en el barrio de Villa Urquiza, para recibir personalmente denuncias sobre robos, actos de violencia o posibles casos de corrupción policial. “No hay hechos, en las últimas horas, que escapen a la media normal de la ciudad y tampoco hay ningún indicio, entre los detenidos, que estén señalando la existencia de un complot” en la seguidilla de robos ocurridos en el barrio, declaró Campagnoli antes de comenzar la ronda de entrevistas personales, que se prolongó hasta avanzada la noche. En una conferencia de prensa realizada casi en simultáneo, las autoridades de la cuestionada comisaría 39ª informaron sobre la detención de cuatro personas que habrían participado en los robos contra las pizzerías Plaza del Carmen y Pindal, dos de los negocios del barrio afectados por una ola de asaltos que ha despertado quejas de los vecinos y especulaciones varias.
A las 18, en el salón Malvinas Argentinas de la Asociación de Comerciantes de Villa Urquiza, los vecinos presentes eran pocos y lo más evidente era el malestar por supuestas deficiencias en la convocatoria. “Qué viene a hacer este tipo que estuvo con todos los gobiernos”, gritó una mujer señalando con el dedo a Osvaldo Cornide, de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). El enojo con las entidades empresarias siguió afuera, ya entrada la noche, cuando el número de vecinos había aumentado considerablemente. Unos jóvenes que levantaban banderas con consignas de Fedecámaras, la entidad empresaria que preside Roberto Manusovich, fueron obligados a retirarse por los vecinos: “Basta de hacer política a costa nuestra”.
Para que los vecinos declararan ante el ex fiscal Campagnoli, el periodismo tuvo que retirarse a la vereda. “Yo no creo mucho en este tipo de cosas, creo más en los vecinos”, dijo una pareja que se retiró sin hablar con el funcionario. “Me voy, cariño, me voy, no hace falta hacer tanto bardo. Urquiza es un barrio tranquilo, no es el Far West”, dijo una vecina mayor, con toques de actualidad en el vocabulario. Los comerciantes del barrio intercedieron y la cosa se fue tranquilizando.
“Yo no puedo decir que el ex comisario de la 39ª (Roberto Arzoumanian) esté detrás de la ola de robos, pero sí puedo afirmar que cuando le llevamos 200 denuncias con firmas no las quiso recibir y nunca hizo nada para atender nuestros reclamos”, dijo a Página/12 Olga García de Politis, vicepresidenta de la Asociación de Comerciantes, que lucía un elegante vestido, lleno de tules. “Los vecinos siguen teniendo miedo de hacer sus denuncias, pero de a poco se van a ir acercando”, pronosticó.
José Luis, miembro de la asamblea barrial, también se acercó para denunciar un intento de robo en la puerta de su casa. “La policía sabe muy bien dónde están los chorros, pero no hace nada”, opinó el vecino, en pantalón corto y musculosa de color negro. “Este es un país careta. El 19 y el 20 de 2001 todos gritábamos juntos ‘piquete y cacerola la lucha es una sola’, pero ahora hay muchos que salieron a decir que los piqueteros son una manga de hijos de puta y que hay que reprimirlos, cuando ellos son la dignidad del pueblo.” José Luis estaba muy enojado y quería marcar distancias con otras expresiones escuchadas en la misma vereda.
Ayer por la tarde, la policía anunció la detención de cuatro personas –cuya identidad se mantiene en reserva– que podrían tener vinculación con algunos de los robos ocurridos en Villa Urquiza. El nuevo jefe de la 39ª, Oscar García, aseguró que uno de los detenidos fue identificado por testigos presenciales como autor de dos de los tres robos ocurridos en el bar Plaza del Carmen y del asalto ocurrido en la pizzería Pindal. Ayer por la tarde hubo otro robo en la zona, en un locutorio de Villa Ortúzar. En ese caso el detenido es un joven de 15 años que había robado 30 pesos. El único dato extraordinario es que se trata de un norteamericano, nacido en Miami, que vive hace años en Buenos Aires.