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“Pasamos cinco horas en el campo, sin baños y sin comunicaciones. Y después quieren el tren bala”, se quejaba uno de los pasajeros del tren que partió el lunes a las 23.45 de Mar del Plata y, luego de recorrer 30 kilómetros, se detuvo por desperfectos técnicos y dejó varadas a mil personas en medio del campo, a la altura de Vivoratá. Tras una larga espera, durante la fría madrugada de ayer, los pasajeros fueron trasladados a otro convoy para continuar el viaje hacia Buenos Aires. El arribo a Constitución se produjo a las 10.57, lejos de las 6, hora programada para su llegada. Desde la empresa Ferrobaires, el desperfecto fue calificado como “atentado”, “falla intencional” y, finalmente, como “sabotaje”.
Pero quienes, luego de disfrutar del fin de semana largo en la costa, pensaban subir al tren y dormir directo hasta Buenos Aires, no se imaginaban la travesía que les esperaba: una imprevista falla en el sistema de frenos detuvo al tren en el medio de la nada. “Se trató de un sabotaje porque cuando el personal revisó la unidad descubrió que faltaba un perno en el sistema de frenos y eso sólo pudo haber sido realizado adrede, con lo que esto escapa a nuestro alcance”, afirmó a Página/12 el secretario del interventor de Ferrobaires, Gabriel Legarreta.
Pese a que las autoridades de la empresa calificaron como “sabotaje” al desperfecto técnico, no pudieron señalar posibles culpables. “Esto nos llama mucho la atención porque nosotros no tenemos problemas gremiales, no estamos despidiendo a gente, es más, estamos tomando más personal, estamos ampliando el servicio y la frecuencia del mismo, y tratamos de tener precios accesibles”, señaló Legarreta.
Luego de devolver el importe de los boletos a los damnificados, la empresa tuvo que dar explicaciones a los pasajeros y a sus familiares que ayer por la mañana se agolparon en el hall de la estación de Constitución. Ahora, la empresa también deberá dar respuestas a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), que ya le pidió “un urgente informe sobre los motivos que determinaron la demora” del convoy.
“Nadie sabía lo que pasaba, había gente que viajaba parada y los guardas se escondían en vez de dar explicaciones”, remarcó una de las pasajeras. Desde la compañía sostienen que los sucesos “están dirigidos a desalentar el transporte de pasajeros por tren”.
A la demora ayudaron también algunos problemas de organización, por los que hubo prolongadas detenciones en Chascomús y Temperley, entre otras localidades. Y cuando faltaba poco para llegar a destino, entre las estaciones de Lomas de Zamora y Banfield, los pasajeros fueron testigos de otro paisaje desolador: un tren de la ex línea Roca arrolló y mató a un hombre a las 10.10 de la mañana.