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Un hombre encapuchado rompió a patadas la puerta de una casa, asesinó de cuatro balazos a una mujer que reposaba en su cama, hirió de dos tiros al novio de la víctima y escapó. El episodio ocurrió en la localidad bonaerense de La Reja, partido de Moreno, y no se trató de un intento de robo porque lo que fueron a buscar y se llevaron fue la vida de la mujer. El sobreviviente –un profesor de música– declaró ante el fiscal que su actual compañera había estado casada en 2012 con un hombre de nacionalidad mexicana y que incluso estuvo viviendo en México, pero hace dos años abandonó a su esposo y regresó a la Argentina. El hecho sucedió la madrugada del último miércoles y es investigado como un posible crimen por encargo.

Según pudo reconstruir la Bonaerense a partir del análisis de la escena del crimen, María Belén Peralta, de 29 años, estaba recostada junto a su novio Matías C., un docente de 31 años y dueño de la casa tipo monoambiente situada en la calle Alta Gracia al 3400 de La Reja. La pareja miraba televisión cuando la puerta de chapa del monoambiente se desplomó arrancada de cuajo de las bisagras. El hueco de la puerta dejó aparecer a un enmascarado con una pistola 9 milímetros, y en décimas de segundo miró, identificó y jaló el gatillo seis veces.

Cuatro impactaron en el cuerpo de la mujer, quien murió en el acto. A su lado, el profesor de música recibió dos balazos en un brazo. Claramente no estaban dirigidos a él. Sin esperar a verificar el resultado pero imaginándolo, el encapuchado huyó de la casa sin robar nada.

De acuerdo con la información aportada por los forenses, la mujer recibió un tiro en la cabeza, en el pecho, en una pierna y un brazo. Según consignó una fuente de la investigación, el presunto sicario “pateó la puerta, entró y tiró. No les dijo nada, no robó nada y se fue. Está claro que esto fue un crimen por encargo que tenía como objetivo principal a la mujer. Al hombre lo dejó vivo porque quiso. Les tiró a tan solo un metro de distancia. Evidentemente el asesino tuvo cien por ciento de puntería”. Del monoambiente en cuestión, los expertos en balística pudieron recolectar las seis vainas servidas de proyectiles calibre 9 milímetros.

De igual modo, los peritos constataron que la puerta de chapa tenía una abolladura producto de la patada, y que la cerradura estaba violentada con la llave colocada por dentro. El fiscal a cargo de la causa, Gabriel Lorenzo, quien subroga la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Moreno, aguardaba los resultados del trabajo pericial ante la posibilidad de que el asesino haya dejado pisadas o huellas dactilares. “Se trató de una clara ejecución, fueron a matarla. A partir de ahora hay que ver si el móvil está relacionado a una cuestión de género o a alguna actividad ilícita”, señaló un vocero judicial en relación con el episodio.

Por su parte, el docente de música declaró ante las fuerzas de seguridad que Peralta le contó que se había casado con un mexicano y que estuvo viviendo en México, pero en 2014 ella abandonó a su marido y regresó a la Argentina.

Asimismo, el docente relató que si bien hacía siete años que conocía a la víctima, sólo desde hacía seis meses conformaban una pareja y convivían en esa casa del partido de Moreno. Por último, el testigo sobreviviente añadió que Peralta actualmente se desempeñaba en una tienda de ropa del partido bonaerense de San Miguel.

Hasta el momento, la policía no pudo contactar a ningún familiar, amigo o compañero de trabajo de la joven vendedora para obtener pistas que orienten a identificar al asesino, por lo que la investigación se centraba en chequear todo lo que el novio de la víctima declaró en su momento con documentación avalada.

A tal fin, la UFI 2 de Moreno, en colaboración con la Dirección Nacional de Migraciones, corroboraba por estas horas si en efecto la víctima estuvo casada con un ciudadano mexicano y si convivió con él hasta 2014 en ese país.