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“El Consulado argentino en Brasil informa que los jóvenes detenidos han sido absueltos y la causa, anulada.” Este se convirtió ayer en el mensaje del contestador de la delegación diplomática, como consecuencia del intenso revuelo que provocó la liberación de los dos argentinos detenidos en Florianópolis durante once días por comprar en un supermercado con un billete falso de cien dólares.
Apenas pasadas las cuatro de la tarde, ambos ingresaron a los Tribunales de la ciudad brasileña para declarar ante el juez federal Celso Wigges. Primero fue interrogado Andrés Cano (21) durante poco más de una hora, y luego Tomás Ciarrocchi (22), quien también permaneció unos 60 minutos ante el magistrado. Después del severo tratamiento que recibieron durante diez días, ayer el juez brasileño consideró que los jóvenes “no sabían” que el billete era falso y resolvió la anulación de la causa, con lo cual los argentinos no recibirán ningún castigo.
“Contaba los minutos. Estuve con la misma ropa 11 días y no me importó, yo quería estar libre. Es muy feo estar encerrado, sabiendo que uno es inocente”, expresó Tomás, con una mezcla que iba del alivio a la emoción.
“Fuimos detenidos por mala leche”, fue más directo Andrés, aunque resaltó el buen trato recibido por sus compañeros presos. El joven admitió que estaban “bárbaro”, a pesar de quejarse porque la policía brasileña actuó “más o menos”. “Cuando entramos no entendíamos nada, pensábamos que era un tema de rutina”, continuó el joven al describir lo vivido en la comisaría del norte de la ciudad.
Ahora falta resolver el momento en que los jóvenes suban al avión para regresar a la Argentina y dejar atrás esta “agonía”, según definió Roxana Carballeda, la madre de Tomás. Para eso, los familiares solicitaron que el gobierno argentino se encargue de traer a los jóvenes, junto con otros tres amigos que quedaron en Brasil para “hacerles el aguante”, contó la mujer.
El jefe de Gabinete de Cancillería, Eduardo Valdez, se comunicó ayer con la casa de Tomás para informarle a la familia que el acuerdo entre los familiares y el Gobierno había sido cumplido. El Ejecutivo había prometido “todo su apoyo” para que los chicos recuperaran su libertad. La madre del joven de Acassuso pidió que se ponga en marcha un segundo paso, que consiste en el traslado de los cinco jóvenes desde Florianópolis hasta Buenos Aires. Sin embargo, fuentes de Cancillería informaron a Página/12 que el Gobierno no prevé hacerse cargo del traslado ya que “se encuentran dentro de su fecha de vacaciones y poseen pasajes de vuelta”.
Las expectativas por la liberación de los chicos se percibió ayer desde temprano. El cónsul argentino en Brasil, Valdo Palmai, los padres de Andrés y varios amigos aguardaban la decisión del juez, plantados en la puerta de los tribunales. Los gritos no tardaron en escucharse cuando el abogado de los argentinos, Ivo Carioni, salió corriendo de la dependencia judicial para comunicar la noticia: Andrés y Tomás habían sido absueltos.
Los abrazos y llantos comenzaron a multiplicarse en la puerta de la dependencia. Minutos después, los jóvenes salían para encontrarse con caras y palabras conocidas. Desde Buenos Aires, la familia de Tomás también repetía las escenas de conmoción ante la buena nueva.
La vicecónsul en Florianópolis, Fabiana López, sostuvo que la anulación de este proceso judicial es “un fallo sin precedentes” ya que Wigges es un juez “muy duro, inflexible”. El abogado afirmó a la prensa que “el juez se convenció de su inocencia y decretó la absolución inmediata mandando a archivar el proceso”. Sólo debían concurrir a la Policía Federal brasileña “para terminar con una formalidad”.
El caso se inició el 9 de enero último, cuando los amigos, de vacaciones en Canasvieiras, quisieron pagar una compra en un supermercado con un billete de 100 dólares que, según las pericias realizadas, es falso.
Minutos después de hablar con Tomás, Lorena Insabralde, una de las amigas que vacacionaba con los jóvenes, manifestó a Página/12 que ambos”están contentos”, a tal punto que hoy “quieren ir a la playa para tirarse al agua una vez más, para después volver al país”.
Instalada en su casa de Acassuso junto a familiares, amigos y la prensa, la madre de Tomás expresó que tenía “ganas de darles un abrazo, pero con verlos fuera de esas cuatro paredes es suficiente”.
Ambos jóvenes agradecieron al cónsul argentino en Brasil por su apoyo y a los medios por la difusión que tuvo su arresto. Tomás admitió que “siempre despotrico contra el periodismo, pero hoy los amo”, mientras que Roxana, su madre, aseguró que “el cien por ciento de esto se los debo a los medios, porque sin la difusión no se podría haber hecho nada”.
Pero los jóvenes, quienes fueron acusados de “traficar” moneda falsa, no sólo obtuvieron respaldo desde Argentina. El domingo último recibieron el apoyo del gobernador del Estado brasileño de Santa Catarina, Luiz Enrique da Silveira, quien se solidarizó y puso a su disposición a un asesor, que los visitó en su celda. El caso había motivado un planteo formal de la Cancillería argentina a la brasileña.
Informe: Maricel Seeger.