SOCIEDAD
El negocio redondo de vender agua de la canilla a un dólar y medio
La empresa Coca-Cola está en el centro de la polémica en Gran Bretaña: admitió que el agua que comercializa en botellas es la corriente. Eso sí, dice que tiene una purificación especial.
La venden en Inglaterra como “Pure, Still Water” (agua pura y sin gas), con la marca Disan. Embotellada en graciosas botellitas plásticas de medio litro, de color azul claro, la Disan se vende a 93 peniques la unidad (alrededor de un dólar y medio). El dueño de la marca es la multinacional Coca-Cola, y realmente la vende como el agua. No sólo en el sentido de su venta masiva (que lo es), sino porque el gigante de las bebidas cola se las ingenió para venderles a los flemáticos británicos agua envasada directamente del chorro de la canilla. La noticia fue admitida por directivos de la empresa en Londres y desató un escándalo polémico y gaseoso.
Para el lanzamiento de la Disan, Coca-Cola sacó una campaña publicitaria en la que invirtió diez millones de euros, lo que da a entender la importancia que tenía para sus directivos entrar en el mercado inglés de las pure, still water. Pero fue esa campaña la que provocó el escándalo. En ella, la empresa sostiene que el agua envasada Disan recibe un tratamiento de purificación de bacterias y otras minucias que podrían flotar en el agua. Lo que no informa la campaña es que el agua Disan es envasada en origen, o sea, directamente de los grifos de agua corriente que la Coca-Cola tiene en su envasadora en Sidcup, sudeste de Londres.
En pocas palabras, Coca-Cola vende a los ingleses a un dólar y medio medio litro de agua corriente que pueden obtener en sus casas, abriendo las canillas, a 0,0316 peniques el medio litro.
El escándalo fue desatado por la Thames Water, la empresa proveedora del servicio de agua corriente. “La gente no necesita comprar esto para obtener agua del grifo sana y de excelente calidad”, declaró Barrie Clarke, vocero de UK Water (que agrupa a las compañías proveedoras de agua corriente en Gran Bretaña).
Pese a que los directivos de la Coca-Cola reconocieron que el agua Disan es agua de la canilla, justificaron la venta envasada por el proceso de purificación. “El agua de Thames Water es sometida a una purificación suplementaria –señaló un vocero de la Coca-Cola–, haciéndola pasar por tres filtros sucesivos, y tratada para limpiarla de bacterias, virus, sales, minerales, azúcares, proteínas y partículas tóxicas, en un sofisticado proceso de ósmosis inversa, en un proceso igual al que utiliza la Nasa para purificar el agua de sus naves. Después le agregamos magnesio, calcio y bicarbonato de soda para mejorar el sabor. La procedencia del agua es irrelevante.”
La justificación desató la indignación de los proveedores de agua corriente, quienes se consideraron agraviados por la insinuación de la Coca-Cola de que las condiciones del agua corriente son poco saludables. Por su parte, la Agencia de Normativa Alimentaria (FSA), autoridad competente en la salud pública, solicitó a las autoridades del sudeste de Londres que investiguen si la definición de la Disan (agua pura) viola las normativas sobre etiquetado. Lo que dejaron en claro es que en aquellas etiquetas en las que no se menciona expresamente “agua mineral” o “agua de manantial”, es lícito que se utilice agua directamente de la canilla.