SOCIEDAD › DRAMATICO PEDIDO PUBLICO DE LA MADRE DE CRISTIAN RAMARO
“Que lo devuelvan, no aguanto más”
Hilda Ramaro salió imprevistamente de su casa para reclamar ante las cámaras por su hijo secuestrado. “Nosotros ya cumplimos nuestra parte”, dijo en alusión al pago del rescate. Arslanian se reunió anoche con la familia. También la visitó Blumberg.
Por Carlos Rodríguez
El secuestro del joven Cristian Ramaro, ocurrido el martes en Tigre, alcanzó ayer su máximo nivel de dramatismo cuando Hilda, la madre de la víctima, se paró ante los periodistas para pedirles a los captores que lo liberen. “Que me lo devuelvan si tienen ovarios, si tienen huevos y fueron alguna vez paridos como yo parí a mi hijo”, fue el mensaje desesperado que expuso Hilda Ramaro, quien salió dos veces a la puerta de su domicilio, una vez levantada casi en vilo por dos parientes y la otra con los ojos cerrados y las manos sobre el pecho, como implorando. Su gesto inspiró una “ronda de oración” que se hizo frente a la casa familiar, que fue visitada anoche por Juan Carlos Blumberg. La madre confirmó que ayer “se cumplió con el pago del rescate pactado” con los secuestradores, cuyo monto se mantuvo en reserva. La demora en la liberación preocupaba tanto a la familia como a los gobiernos nacional y provincial, que mantenían contactos permanentes, a la espera de una definición. Anoche, el ministro de Seguridad de la provincia, León Arslanian, mantuvo una reunión a solas con los padres de Cristian, pero las fuentes que informaron a Página/12 sobre el encuentro se abstuvieron de mencionar detalle alguno.
“Lo estamos siguiendo de cerca y con mucha preocupación”, confirmó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aludiendo al caso Ramaro, que por sus características hace recordar al de Pablo Belluscio, quien fue liberado el 4 de noviembre del año pasado, una semana después de que su padre hiciera pública una carta dirigida a los captores, que como “prueba de vida” habían enviado dos falanges de un dedo de la víctima. En ese caso se sospechó desde un primer momento de la posible participación de miembros de la Policía Bonaerense y lo mismo ocurre ahora. “La familia no hizo la denuncia, la fiscalía actúa de oficio y cuando un hecho de estas características toma tal cariz de dramatismo, la cautela debe ser mayor”, comentó a este diario una fuente cercana a la investigación.
El caso fue analizado también por el ministro de Justicia y Seguridad de la Nación, Gustavo Beliz, quien eludió dar cualquier dato relacionado con la investigación porque “eso siempre puede ser perjudicial”. Beliz, ante una pregunta en ese sentido, no descartó la posibilidad de que haya policías involucrados, aunque aclaró que no había ningún indicio cierto al respecto. “Las posibilidades pueden ser muchas y nosotros también realizamos un seguimiento que tiene que ver con personal policial que haya sido pasado a disponibilidad o a situación de retiro.” Ramaro fue secuestrado el martes, a las 7.15, a poco de salir de su domicilio, y según se supo entonces, los secuestradores habían pedido un rescate del orden de los 400 mil dólares. Cristian es hijo de Víctor Ramaro, dueño de la empresa de transporte fluvial La Interisleña.
La conmoción la provocó, a las 12.35 de ayer, Hilda Ramaro, la madre de Cristian, cuando en forma imprevista salió de su casa y desde lo alto de la escalinata que lleva a la puerta de acceso habló ante los periodistas reunidos en la vereda de la casa de Lavalle 836, en el Tigre. Sostenida por dos mujeres, una de cada lado, tomándala de los brazos, la mujer dijo que la familia ya había cumplido “con lo pactado”, en alusión al pago del rescate. Héctor La Rosa, tío del estudiante de abogacía secuestrado, luego ratificó que el pago se había realizado “durante la madrugada” de ayer.
“Por favor pido por mi hijo, a esos señores que tienen a mi hijo. Nosotros hemos cumplido esta madrugada con lo que hemos pactado, que me lo devuelvan si tienen ovarios y si tienen huevos y fueron alguna vez paridos como parí yo a mi hijo.” La madre, tambaleante, llorando y con visible desesperación, llevaba en sus manos una foto de Cristian. “No aguanto más, no doy más”, dijo la mujer llorando, mientras emprendía el regreso al interior de la casa. Poco después llegó al lugar una ambulancia y dos médicos ingresaron al domicilio para asistir a Víctor Ramaro, padre de Cristian, quien había sufrido “una descompensación por la difícil situación por la que están atravesando”, informó luego uno de los médicos.
La madre, esta vez caminando a duras penas, pero sin la ayuda de nadie, hizo una segunda aparición ante las cámaras, cerca de las 15, pero esta vez sólo se pudieron ver sus gestos, ya que su voz era prácticamente un susurro. De todos modos, fue conmovedor su gesto, primero con una mano, la izquierda, sobre su pecho, y luego con las dos como conteniendo los latidos de su corazón. A nivel judicial nada se informó sobre la marcha de la investigación de oficio, a cargo de la fiscal federal de San Isidro, Rita Molina, quien estuvo buena parte de la jornada reunida con miembros de la Delegación Departamental de Investigaciones de ese partido.
Fuentes del gobierno bonaerense confirmaron anoche a este diario que el ministro Arslanian “se reunió a solas con los padres de Cristian, en una casa que no es el domicilio particular de la familia”. El vocero se abstuvo de hacer “cualquier tipo de comentario” sobre los temas analizados y se limitó a decir que el ministro “se puso a entera disposición de la familia para colaborar con ellos”. La casa de la familia Ramaro fue visitada anoche por Juan Carlos Blumberg, padre de Axel, el joven asesinado por una banda que lo tuvo secuestrado cerca de Moreno. Blumberg había participado de una reunión organizada en Victoria por el Rotary Club local y luego visitó a los padres del joven secuestrado.
“Toda la familia está esperando que Cristian vuelva, eso es lo que esperamos todos”, declaró Blumberg al retirarse cerca de las 20, luego de permanecer más de media hora en la casa familiar. “Ellos están haciendo bien las cosas. Ellos han cumplido, ahora la otra parte también tiene que cumplir”, sostuvo Blumberg, repitiendo las palabras de la madre de Cristian. Héctor La Rosa, tío de Cristian, pidió a la comunidad que “rece a la Virgen y al Gauchito Gil” para que el joven vuelva a su casa sano y salvo. “Estamos todos en silencio, esperando”, dijo el hombre. “La madre de Cristian está muy nerviosa por todo esto y quiere manejar el caso en la intimidad para que haya un final feliz.” En respuesta a la convocatoria, centenares de vecinos de Tigre y Victoria realizaron anoche “una cadena de oración” para “pedirle a Dios que Cristian vuelva con su familia”, según expresaron varios de los vecinos que participaron de la iniciativa y que se acercaron, en distintos momentos de la jornada, a la casa de la familia Ramaro para expresar su solidaridad.